10 de abril. La pandemía del Coronavirus (COVID-19) no solo ha demostrado lo bueno y malo de las personas, sino también las fallas y la falta de coordinación que existen en el ámbito gubernamental, principalmente en el rubro de la salud.
Las contradicciones, la descoordinación, la falta de atención y la reacción tardía del gobierno mexicano han dejado al descubierto que los funcionarios que llevan las riendas del país parecieran no estar preparados para hacer frente a una pandemia como la que vivimos actualmente y que afecta a prácticamente todo el planeta.
Las recomendaciones emitidas, las acciones implementadas y las supuestas soluciones emanadas del gobierno federal desde que el COVID 19 hizo acto de presencia en nuestro país y hasta la fecha, parecen no ser suficientes, como lo han demostrado los hechos.
Las autoridades han sido rebasadas, ya sea por su falta de conocimiento sobre el tema o porque se han empecinado en anteponer criterios y decisiones políticas a las de carácter técnico y científico, lo que ha traído como consecuencia las cotidianas contradicciones entre el presidente y los integrantes de su equipo, o entre estos últimos entre sí.
Por otra parte, mientras el subsecretario López Gatell ha dicho una y otra vez que el uso de cubrebocas en personas sanas no sirve de nada, los miembros del gabinete utilizan no solo cubrebocas normales, sino también mascarillas N95, de las cuales, dicho sea de paso, carece el personal médico, que es quien realmente las necesita. Y por si fuera poco, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, acaba de recomendar a la población el uso generalizado de cubrebocas.
Lo mismo ocurre en el caso de los túneles sanitizantes y de las pruebas rápidas para detectar el COVID 19, temas que han provocado desacuerdos y roces entre el subsecretario López Gatell y algunos gobernadores.
Por si fuera poco, la contradicción más reciente fue la que se dio entre el subsecretario López Gatell y el secretario Jorge Alcocer, al referirse a la proyección de los casos de contagio no detectados por las autoridades de salud.
Las contradicciones entre las autoridades –que también se han hecho presentes en lo que se refiere a los efectos de la pandemia en la economía nacional- han provocado que los ciudadanos no sepan a quién hacerle caso, y continúen en la actitud de “no pasa nada”. Y peor aún: no son pocos los que siguen pensando que la pandemia es un invento de los países poderosos para reventar la economía de las naciones débiles y obligarlas a endeudarse con el Fondo Monetario Internacional.
Desafortunadamente, la pandemia es real, las personas contagiadas son reales, los muertos son reales, y parece que ante esta realidad el gobierno mexicano ha quedado rebasado, al no tener la infraestructura hospitalaria, el personal y los insumos necesarios –desde cubrebocas, batas, guantes y ventiladores- para atender la etapa más crítica, que el subsecretario López Gatell pronostica que se presentará en dos semanas más, en ese momento entonces veremos cuál es la verdad.
En el estado de Oaxaca y en la región Mixteca la situación no es mejor, a pesar de que algunas autoridades locales han adoptado acciones extremas, como prohibir el ingreso de personas a sus respectivos municipios, adelantándose al inminente ingreso de nuestro país a la tercera etapa de la pandemia, pero también con estas medidas afectando la economía local.
A todo esto habría que agregar que las cifras oficiales que se dan a conocer diariamente por parte de las autoridades de salud están muy por debajo de la cifra real de contagios y de muertes por causa del Coronavirus: por una parte, se ha difundido información proveniente incluso de algunos médicos, en el sentido de que se les ha ordenado registrar en los certificados de defunción que la muerte de pacientes de Coronavirus se debió a una “neumonía atípica”; pero por otra, el subsecretario López Gatell reconoció que por cada caso confirmado hay otras 8.2 personas contagiadas, lo que implica que el número de personas contagiadas hasta este jueves no sería de 3 mil 441, sino de 28 mil 216.
Hoy más que nunca, los ciudadanos merecemos que las autoridades nos hablen con la verdad, no solo en el tema de salud, sino también en el de las consecuencias económicas que tendremos que enfrentar, porque lo peor aún está por llegar en ambos aspectos.
El pueblo de México necesita con urgencia que los gobiernos federal, estatales y locales actúen con absoluta transparencia, que informen la realidad sin catastrofismo, pero sin minimizar la situación real que estamos viviendo y que se espera para los próximos días; pero también que tomen las decisiones adecuadas para que los efectos de la pandemia sean los menos posibles. Los proyectos políticos pueden y deben esperar; hoy se requiere que nuestras autoridades, todas, actúen como verdaderos estadistas, y no como candidatos en campaña.
Y se requiere también que los ciudadanos con la información con transparencia y real entendamos la gravedad de la situación que estamos viviendo, y respetemos el aislamiento social que es, quizás, la única arma que tenemos a nuestro alcance para hacer frente a esta pandemia.