28 de octubre. La riqueza de las tradiciones mexicanas se ve reflejada en esta temporada con la celebración del Día de Muertos que inicia con la colocación de ofrendas para recordar a los fieles difuntos que regresar del más allá.
El altar de muertos es un elemento que no puede faltar. De acuerdo con las creencias, el 27 de octubre es dedicado a las mascotas que ya no se encuentran entre nosotros; el 28 a las personas que fallecieron de manera trágica o en un accidente.
Con respecto del día 29 de octubre, este es destinado a los ahogados, mientras que los días 30 y 31 de octubre a las animas olvidades o niños no bautizados. El primero de noviembre se recuerda a Todos los Santos y niños fallecidos, concluyendo el 2 de noviembre con las animas de los adultos.
El promotor de cultura en la Mixteca, Neftalí González Huerta, comentó que la festividad de Todos Santos es una de las más grandes del país, en la que la región de la Mixteca se ve reflejada con sus altares tradicionales en los pueblos.
Mencionó que entre los elementos de la ofrenda se observa el arco, elemento que da la bienvenida a los fieles difuntos, además de estar acompañado de un petate y canastas con alimentos que les gustaban a los que ya no se encuentran en este mundo.
“Se hizo un paréntesis de dos años en donde cada quién en su casa, de una manera muy particular, especial, muy familiar, sin que se olvidara esto, se estuvo celebrando muy íntimamente; ahora nuevamente vuelve este colorido, vamos a ver los panteones llenos, en muchas casas hacen una comida especial para los fieles difuntos porque recordemos que nuestra festividad de Todos Santos está reconocida como patrimonio cultural de la humanidad”, dijo.
Agregó que esta celebración ha sido enriquecida con elementos más actuales como el papel picado con colores propios de las fechas, así como actividades como son las calaveras literarias.
-Brenda Villarreal
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