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EDITORIAL. Caso Ayotzinapa: un informe que no aclara nada

19 de agosto. La Comisión de la Verdad y Acceso a la Justicia, instalada hace tres años y medio por el presidente Andrés Manuel López Obrador para esclarecer los sucesos del 26 de septiembre de 2004, dio a conocer este jueves el informe que contiene sus conclusiones sobre la desaparición de los 43 estudiantes de la normal “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero.

El informe presentado por el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez, quien también funge como presidente de la comisión, concluye que “la desaparición de los 43 estudiantes… constituyó un crimen de Estado”.            

Entre las 16 conclusiones contenidas en el documento destaca el reconocimiento de que “no hay indicio alguno de que los estudiantes se encuentren con vida. Por el contrario, todos los testimonio y evidencias acreditan que estos fueron arteramente ultimados y desaparecidos”.  

En el resto de las conclusiones se menciona la participación de “agentes de diversas instituciones del Estado mexicano”, quienes habrían actuado de manera concurrente con integrantes del grupo delictivo Guerreros Unidos, así como la actuación negligente y omisa de “autoridades federales y estatales del más alto nivel”.

En particular, se destaca la omisión en la que habrían incurrido los mandos militares de la región al no realizar “acciones para la protección y búsqueda del soldado Julio César López Patoltzin”.

La comisión asegura que la “verdad histórica” que sostenía que los 43 estudiantes fueron incinerados, y sus restos arrojados en el río San Juan “fue una acción concertada del aparato del poder desde el más alto nivel del gobierno, que ocultó la verdad de los hechos, alteró las escenas del crimen, ocultó los vínculos de autoridades con el grupo delictivo y la participación de agentes del Estado”.

Durante casi ocho años el caso Ayotzinapa ha sido bandera de diversos actores políticos, incluyendo al actual presidente Andrés Manuel López Obrador, quien durante su campaña prometió esclarecer en su totalidad los hechos, y ratificó ese compromiso al tomar posesión del cargo.

Sin embargo, el informe de la Comisión de la Verdad y Acceso a la Justicia no aporta información valiosa que permita conocer lo acontecido entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2004, así como en los días posteriores.

Desde hace varios años era conocido el hecho de que elementos de diversas corporaciones habrían sido copartícipes de la desaparición de los estudiantes, actuando de manera coordinada con los integrantes del grupo delictivo; también que funcionarios de distintos niveles y mandos del Ejército y la Marina habrían tenido conocimiento de los acontecimientos pero habrían sido omisos en el cumplimiento de sus responsabilidades.

El hecho de que “tras la salida de la Terminal de Autobuses de Iguala, en ningún momento los estudiantes estuvieron juntos durante su desaparición”, ya lo había dado a conocer el periodista y escritor Martín Moreno-Durán en su libro “El Derrumbe”, publicado en el año 2016. Lo mismo ocurre con el dato de que Julio César López Patoltzin era un soldado del Ejército Mexicano infiltrado entre los normalistas para realizar labores de inteligencia; esta información fue publicada en diversos medios desde hace al menos cinco años.

En síntesis, el informe de la comisión no aporta nada nuevo.; sin embargo, el reconocimiento de que los 43 estudiantes fueron asesinados es de particular importancia porque durante casi ocho años diversos actores han alimentado la esperanza de que podrían estar vivos, aunque desde los días posteriores a los hechos se sabía que eso era prácticamente imposible.

A pesar de que el 30 de junio pasado el presidente López Obrador aseguró que tenía “plena certeza” de qué sucedió con los estudiantes y que en este año se esclarecería la verdad de los hechos, en ninguna de sus partes el informe menciona qué fue lo que ocurrió y cuál fue el destino de los 43 estudiantes normalistas.

A poco más de un mes de que se cumplan ocho años de estos hechos que marcaron la historia reciente de nuestro país, el esclarecimiento del caso Ayotzinapa sigue siendo un compromiso pendiente.

A casi 96 meses de distancia, en este caso sigue habiendo más preguntas que respuestas. La pregunta es ¿Algún día se conocerá la verdad de estos hechos? Sólo el tiempo lo dirá     

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