* Hace un mes cerró sus puertas de manera definitiva *
(Primera de dos partes)
22 de octubre. Once meses antes de que cumpliera 60 años de prestar sus servicios de manera ininterrumpida, el hotel Laredo, uno de los más antiguos y de mayor tradición en Huajuapan, cerró sus puertas definitivamente.
Ubicado en la calle Antonio de León, a sólo una cuadra del Palacio Municipal, durante sus 59 años de existencia albergó a gobernadores, artistas, a un presidente de la república y a un expresidente que se convirtió en cliente asiduo y llegó a ser considerado parte de la familia.
El nombre de “Laredo” lo escogió el propietario del hotel, don Eduardo Santibáñez Peral, en agradecimiento a quien fue su patrón durante varios años, don Federico Bárcena, quien era originario de Laredo, una localidad española de la comunidad autónoma de Cantabria.
Carlos Santibáñez Morán, hijo de don Eduardo, refiere:
“Mi papá nace aquí en Huajuapan de León, se casa aquí en Huajuapan, y se va a trabajar a Puebla, por la necesidad se fue a trabajar a la Casa Bárcena, una tienda de abarrotes muy importante, ahí en Puebla. Estuvo muchos años trabajando ahí. Supongo que ahí le surgió la idea de hacer su hotel”.
El 15 de agosto de 1962 el hotel Laredo fue inaugurado oficialmente por el entonces gobernador de Oaxaca, Alfonso Pérez Gasga. El pastel fue elaborado por una de las hermanas de don Eduardo, doña Virginia, quien le dio la forma del edificio, que inicialmente tenía sólo dos pisos.
Don Eduardo aún vivía con su familia en la ciudad de Puebla, por lo que decidió rentar el hotel a su hermana Carmen y a su cuñado Ángel Abad Alvarado, quienes lo administraron durante los primeros años.
En diciembre de 1965, tal vez motivado por el estrés de su trabajo en la Casa Bárcena, decidió regresar a Huajuapan y asumió directamente la administración del hotel, que para entonces ya contaba con un tercer piso, donde se ubicó con su familia.
El primer cliente del hotel Laredo, fue don José Kuri Kuri, un agente viajero que se dedicaba a la venta de pilas, procedía de la ciudad de Oaxaca y se convirtió en un huésped frecuente y amigo de la familia Santibáñez Morán .
La época de oro del hotel Laredo fue la década de los 70, principalmente por los técnicos de la Comisión del Río Balsas que construyeron la presa Yosocuta, las caravanas de turistas extranjeros que se dirigían a la ciudad de Oaxaca y hacían escala en Huajuapan, las caravanas artísticas, pero también los agentes viajeros.
“Cuando el hotel estaba en el 80 por ciento de ocupación estábamos preocupados, porque se ocupaba al cien por ciento y así nos íbamos todo el año, no sólo en las fiestas de julio”, recuerda Carlos Santibáñez.
Refiere que muchos de sus huéspedes vivían en el hotel, ahí tomaban sus alimentos, convivían con la familia y en muchos de los casos se sentían parte de ella.
Uno de éstos fue don Fernando Gómez Sandoval, quien trabajó en Huajuapan, vivió en el hotel, se hizo amigo de la familia, y posteriormente regresó a la ciudad de Oaxaca. Tiempo después volvió a Huajuapan, al hotel Laredo, pero ya investido como gobernador del estado de Oaxaca.
Anécdotas, historias y muchos recuerdos quedaron atrapados en las 45 habitaciones de uno de los hoteles de mayor tradición en Huajuapan, que hoy se ha convertido sólo en parte de la historia reciente de la ciudad.
Francisco Círigo
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