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EDITORIAL. Los juegos de la muerte

22 de octubre. No, no se trata del documental producido en 2010 por la radio televisión suiza, basada en un experimento realizado en Francia para medir el poder de la televisión, la vulnerabilidad de la voluntad del ser humano y su fácil subordinación a la autoridad; tampoco de alguna de las películas de diversos géneros que llevan ese nombre. Se trata de una lamentable realidad que se ha vivido cada vez con mayor frecuencia en diversos países, en algunas entidades del nuestro, e incluso en el estado de Oaxaca.

La madrugada de este miércoles, en de San Martín Mexicapan, agencia municipal de Oaxaca de Juárez, fueron encontrados los cuerpos sin vida de dos niñas de 9 y de 11 años de edad, respectivamente, colgados de una escalera de su domicilio.

Aunque la Fiscalía General del Estado de Oaxaca dio a conocer que realizará la investigación correspondiente con perspectiva de género, las primeras hipótesis señalan que la muerte de las niñas habría ocurrido cuando realizaban un reto viral de la red Tik-Tok denominado “Blackout Challenge” o “desafío del desmayo”, ya que presuntamente, en el lugar se habrían encontrado dos celulares y una tableta en las que se mostraba el mencionado reto.

El “Blackout Challenge” consiste en atarse en el cuello una cuerda, una corbata, un cinturón o algún objeto similar y apretarlo hasta perder el conocimiento.

Apenas tres días antes, en Tijuana, Baja California, un niño de 9 años de edad murió al intentar el mencionado reto. Casos similares se han registrado en otros países del mundo.

Una semana antes se dio a conocer el caso de tres adolescentes de Tlacolula de Matamoros, quienes fueron privados de la libertad para ser enganchados por un grupo de la delincuencia organizada. Los menores habrían sido contactados mediante un videojuego denominado “Free Fire”, e inducidos a salir de sus domicilios mediante engaños.  

Estos hechos, aunados a otros similares que se han registrado en diversos puntos de México y en otros países han atraído la atención de gobiernos locales e incluso del federal.

El miércoles la secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana del Gobierno federal, Rosa Icela Rodríguez, presentó un decálogo para evitar que los menores de edad corran riesgos al jugar en línea.

Por otra parte, algunas entidades como Baja California, Durango y Michoacán, han emitido alertas sobre los riesgos de los retos virales difundidos a través de las redes sociales, en particular el “Blackout Challenge”.

En éste, como en otros temas, el papel de los padres de familia es vital para evitar que los niños y adolescentes realicen prácticas que pongan en riesgo su integridad o caigan en las garras del crimen organizado.

Entre las principales motivaciones para que los menores incurran en este tipo de prácticas se encuentran el vacío existencial, la falta de afecto y la necesidad de aceptación en un círculo social; pero también se encuentra la desatención de los padres de familia y la falta de comunicación, lo que les impide detectar de manera oportuna las señales de alerta relacionadas con conductas de riesgo.

Debido al confinamiento prolongado, las herramientas tecnológicas se han convertido en importantes aliadas en las actividades laborales, en los negocios y en el tema educativo; pero también han potencializado los riesgos asociados a las mismas, sobre todo en los menores, que hoy tienen un mayor contacto con las computadoras, tabletas y celulares, en muchos de los casos sin la supervisión de sus padres.

Casos como los ocurridos en San Martín Mexicapan, en Tlacolula y en Tijuana no pueden ni deben seguir ocurriendo; pero evitarlo depende de que los padres de familia, asumamos nuestra responsabilidad y hagamos la tarea que nos corresponde en el seno del hogar. Sólo así podremos eliminar, o al menos minimizar el riesgo de que nuestros niños y jóvenes sean enganchados por el crimen organizado, o sucumban a la tentación de practicar los juegos de la muerte.   

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