Sistema Radiofónico Informativo

EDITORIAL. La pirotecnia y sus repercusiones

SRI-8

01 de enero. Tradicionalmente, la quema de artefactos pirotécnicos ha formado parte esencial en las festividades de fin e inicio de año, tanto en Huajuapan como en prácticamente todo el mundo. Sin embargo, esta práctica ha provocado accidentes en los que algunas personas han sufrido daños que van desde quemaduras y lesiones menores, la pérdida de un miembro del cuerpo y en el peor de los casos la muerte.

A pesar de las restricciones derivadas de la pandemia del Covid-19 y de las recomendaciones de corporaciones y organismos de primeros auxilios, este 31 de diciembre de la quema de productos pirotécnicos, principalmente cohetones y cohetitos, estuvo presente en Huajuapan, para despedir el año 2020.

Ante esta práctica recurrente las opiniones se dividen: por una parte, quienes se dedican a la fabricación y venta de este tipo de artefactos defienden su derecho a ganar el sustento diario para sus familias, sobre todo en temporadas de gran demanda, como las festividades decembrinas y principalmente las celebraciones del año nuevo. Por la otra parte, los defensores de los animales de compañía cuestionan esta práctica, argumentando que la detonación de petardos y cohetes provoca un alto estrés a los animales.

Pero más allá de los argumentos de una y otra parte, hay un hecho irrefutable, y éste es que gran parte de los artefactos pirotécnicos que se comercializan durante la temporada de fin de año son adquiridos por personas adultas, sobre todo padres de familia, quienes de manera poco responsable los proporcionan a sus hijos para que los detonen sin la vigilancia y las precauciones necesarias.

Al respecto, el Centro de Control y Comando de Huajuapan (C2) revela que la atención de las llamadas recibidas a través del número de emergencias 9-1-1, correspondientes a incidentes derivados de la quema de cohetitos en los que están involucrados principalmente menores de edad, genera un alto costo económico por la movilización de los cuerpos de seguridad y primeros auxilios; pero el impacto económico es mucho mayor para las familias que tienen la desgracia de que uno de sus hijos sufra un accidente, porque tienen que asumir altos costos para su atención médica, sin contar las graves consecuencias que se derivan cuando se enfrentan a la pérdida de una parte del cuerpo.

A pesar de todo esto, en gran parte de la población sigue prevaleciendo una actitud irresponsable con respecto del manejo de los artefactos pirotécnicos, porque la quema de los mismos forma parte de una cultura muy arraigada.

Ojalá que el inicio de un nuevo año traiga consigo una mayor conciencia con respecto de este tema, pero también un mayor control por parte de las autoridades de todos los órdenes de gobierno, porque es un secreto a voces que muchos de los lugares donde se fabrica, se almacena o se expenden productos pirotécnicos operan en la clandestinidad.

No se trata de terminar por decreto con esta práctica, sino de ejercer un control efectivo para que quienes viven de ella cumplan con las disposiciones legales y las medidas de seguridad necesarias para evitar accidentes que en muchos casos han sido mortales.

Y no menos importante es que los padres de familia actúen con responsabilidad y no pongan en manos de los niños este tipo de artefactos, que si no son manejados de manera adecuada pueden provocar daños similares a los de un arma de fuego.

La integridad física, e incluso la vida de muchos niños puede estar en juego.

error: ¡Contenido Protegido!