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EDITORIAL. Atole con el dedo

SRI-8

12 de noviembre. El hospital de 60 camas de Huajuapan sigue siendo una asignatura pendiente, y la inversión de 300 millones de pesos del ejercicio fiscal 2019, que estaba destinada para la primera etapa de las obras, nuevamente está en riesgo de perderse, ahora por la extinción de los fideicomisos, aprobada en fecha reciente por las bancadas de Morena y del Partido Verde en el Senado, y ratificada por las de estos partidos y el de Encuentro Social (PES) en la Cámara de Diputados.

Esta obra, de la que se ha colocado la primera piedra en varias ocasiones, se planteó como una necesidad urgente ante la saturación que desde hace varios años presenta el Hospital General “Pilar Sánchez Villavicencio”.

Conviene recordar que en la recta final de la administración de Ulises Ruiz Ortiz, hace más de diez años, fue cuando se anunció la construcción del nuevo hospital, por lo que el ayuntamiento de Huajuapan donó el terreno ubicado en la agencia Agua Dulce.

Al asumir el cargo, Gabino Cué Monteagudo, intentó concretar este proyecto, pero de entrada se topó con la negativa de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, cuyos integrantes acordaron no etiquetar ni un solo peso del presupuesto federal para la construcción de nuevos hospitales, mientras no se concluyeran las decenas de ellos cuyas obras estaban inconclusas.

Eso no fue obstáculo para que a principios de 2014 el entonces secretario de Salud, Germán Tenorio Vasconcelos, encabezara el primer acto de colocación de la primera piedra, al que siguieron otros más; sin embargo, la segunda piedra y las que debieran seguirle siguen sin colocarse.

De entonces a la fecha la construcción del hospital de 60 camas ha sido una promesa reiterada de diversos candidatos, ya sea a la diputación local, a la federal, e incluso a la Presidencia Municipal.

El 6 de octubre del año pasado, durante la visita que realizó a esta ciudad, el presidente Andrés Manuel López Obrador, anunció por enésima ocasión la construcción del mencionado nosocomio. Han pasado más de 13 meses desde entonces, y todo parece indicar que la del primer mandatario de la Nación se sumará a la ya larga cadena de promesas incumplidas.

El del nuevo hospital de Huajuapan no es un caso aislado: de acuerdo con datos de la propia Secretaría de Salud, en junio de 2019 había en el país 306 obras hospitalarias inconclusas, de las cuales 126 se encontraban “en proceso” pero con un gran rezago, y las 180 restantes estaban de plano abandonadas.

Uno de los grandes obstáculos que enfrentan las obras hospitalarias no es sólo la inversión que se requiere para su ejecución, sino principalmente la cantidad de millones de pesos que se necesitan para su equipamiento y su operación.

Por lo pronto, los 300 millones etiquetados ya no se ejercieron ni en 2019 ni en 2020, y las posibilidades de que se ejerzan en 2021 son remotas.

Pero a pesar de las promesas incumplidas, del “ya merito” con el que diversos funcionarios han alimentado la esperanza de los huajuapeños y mixtecos, los ciudadanos aún conservan la esperanza de que ahora sí este proyecto tan necesario para la región por fin se concrete.

Ojalá esta vez sí sea la buena, y no resulte, como ha ocurrido una y otra vez, que los candidatos que contenderán en las elecciones del próximo año lo vuelvan a tomar como simple bandera de campaña y nos vuelvan a dar atole con el dedo.

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