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EDITORIAL. Nombres, nombres, nombres

SRI-8

09 de octubre. Este jueves fue aprobada por el pleno de la cámara de diputados la desaparición de 109 fideicomisos, entre ellos el del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN).

Esta decisión se veía venir, pues en mayo la diputada de Morena, Dolores Padierna, presentó una iniciativa para desaparecer 44 fideicomisos y cuatro fondos, lo que dejaría sin recursos a 26 centros de investigación, así como a alumnos becados en el extranjero, atletas de alto rendimiento, defensores de derechos humanos y organismos de protección a periodistas amenazados.

Las protestas que esto provocó entre académicos y miembros de las comunidades científica y artística, entre otras incluyendo a simpatizantes del presidente López Obrador, como el actor Gael García, e incluso legisladores de Morena como el también actor Sergio Mayer, lograron que se diera marcha. Sin embargo, el remedio resultó peor que la enfermedad, pues ahora los diputados morenistas ampliaron la iniciativa de la también esposa de René Bejarano y terminaron desapareciendo no 44, sino 65 fideicomisos más.

Con la extinción de los fideicomisos, los 68 mil millones de pesos con que éstos contaban se transferirán a la Secretaría de Hacienda, sin que hasta el momento existan reglas para su manejo y aplicación.

Tal parece que se repetirá la historia de la desaparición del Seguro Popular, pues hasta la fecha el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que fue creado para sustituirlo, no cuenta con reglas de operación, a pesar de que el plazo para entregarlas venció en el mes de junio. Lo más grave es que millones de mexicanos perdieron gran parte de los beneficios que recibían del Seguro Popular.

El argumento del presidente y de los legisladores de Morena para justificar la desaparición de los fideicomisos es que éstos operaban en la opacidad y que en ellos existían muchos actos de corrupción.

Como ha ocurrido en otros casos, sus señalamientos fueron de carácter general, sin dar a conocer los casos concretos de corrupción ni los nombres de los presuntos responsables.

Utilizar estos argumentos para justificar la desaparición de los fideicomisos es como justificar la desaparición de las escuelas argumentando que en algunas de ellas los comités de padres de familia hacían mal uso de las cuotas de inscripción.

Al desaparecer los fideicomisos de deja en el desamparo a sectores tan importantes como la ciencia, la cultura, la educación y la salud, sin contar a la población que resulte afectada por desastres naturales. Tan es así que el secretario de Hacienda, Arturo Herrera reconoció ante el pleno del Senado que el gobierno federal "tendrá que pensar cómo fondear las emergencias" en caso de sismos, huracanes e inundaciones, entre otras contingencias.

Curiosamente, no desaparecerán el Fideicomiso para Administrar la Contraprestación del Artículo 16 de la Ley Aduanera (FACLA) y el Fideicomiso Público de Administración y Pago de Equipo Militar, cuyos recursos suman 100 mil 553 millones de pesos, es decir, 32 mil 500 millones más que los que administraban los 109 fideicomisos que desaparecerán. Aquí no aplicó la regla de "todos hijos o todos entenados".

Nadie niega que en algunos fideicomisos hayan existido y aún existan actos de corrupción; si es así, se debe denunciar ante las autoridades competentes a los responsables de los mismos, lo que hasta hoy no ha ocurrido.

No se vale hacer señalamientos en abstracto. En el argot periodístico se dice "Nombres, son noticias".

Eso es lo que muchos ciudadanos esperamos: nombres, nombres, nombres… y sobre todo, acciones legales contra los corruptos, contra los del pasado, los del antepasado, pero también del presente.

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