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EDITORIAL. Con el pie izquierdo

SRI-8

31 de julio. El Ayuntamiento de Tezoatlán de Segura y Luna inició su mandato con el pie izquierdo, ha seguido de la misma manera y parece que seguirá así.

Tan sólo hay que recordar que los conflictos políticos en ese municipio se remontan al proceso electoral de julio de 2018 y se han agudizado con el paso del tiempo.

La disputa por el control político del municipio se derivó de las argucias que los integrantes de la planilla ganadora implementaron para burlar las disposiciones legales relativas a las cuotas de género, y que llevó el caso hasta la máxima instancia jurisdiccional en materia electoral.

Durante varios meses el municipio vivió una indefinición que le llevó a que la presidencia municipal pasara de unas a otras manos y a que desde el primer minuto, la actual administración estuviese marcada por el signo del desastre político y administrativo.

Los conflictos internos del Cabildo han traído como consecuencia que el desarrollo del municipio se haya estancado, y que los únicos “paganos” de esta situación sean los ciudadanos de la cabecera y de las agencias.

Pero a un año y siete meses del inicio de gestión, cuando queda menos de la mitad de su periodo constitucional, la mala estrella de un gobierno municipal que arrancó patas pa’ riba continúa, y todo parece indicar que terminará sin pena ni gloria, aunque para ser honestos parece que será con más pena que gloria.

El divisionismo imperante en el seno del Cabildo y la falta de oficio político han llevado a la presidenta y a los integrantes del ayuntamiento a tomar decisiones que han resultado desafortunadas y que han provocado la desestabilización y el desorden en el municipio. Los conflictos internos han permeado –de manera natural o inducida- a las comunidades, a los diferentes sectores de la población, y hasta a los trabajadores de la Comuna.

A la caótica situación que se ha vivido en Tezoatlán desde hace más de un año y medio se vino a sumar la crisis provocada por la pandemia del COVID-19, pues las decisiones tomadas por las autoridades municipales no parecen ser las mejores, como lo reflejan los constantes reclamos de los ciudadanos.

Las expresiones de inconformidad han sido la constante en la actual administración. En reiteradas ocasiones el Palacio Municipal ha sido tomado, además de que ciudadanos, e incluso algunos agentes municipales de ese municipio han realizado bloqueos de carreteras y tomas de dependencias en la capital de la entidad, algunas de ellas de manera violenta.

El manejo de los recursos parece ser el coco de la actual administración, pues gran parte de las inconformidades han tenido su origen en el tema económico, como las de las autoridades auxiliares, que reclamaban la entrega de recursos. La más reciente fue la protagonizada esta semana por 15 trabajadores del ayuntamiento, quienes tomaron el Palacio Municipal para exigir a la alcaldesa Alexa Cisneros Cruz, el pago de sus salarios.

Los conflictos políticos que prevalecen en Tezoatlán han rebasado con mucho el ámbito de los partidos que hace dos años se disputaron el poder; hoy han alcanzado a diversos sectores de la población, que sólo tienen en común su rechazo a la manera en que las autoridades municipales han conducido este municipio.

Los tropiezos han sido muchos; a los errores siguen otros errores, y en todo esto los únicos perjudicados son los ciudadanos.

Es tiempo de dar un golpe de timón y conducir el barco a puerto seguro. Lo acontecido durante estos 19 meses debe hacer reflexionar a la presidenta municipal, a los integrantes de su Cabildo y a los actores políticos que se han empeñado en ponerle piedras en el camino.

Los ciudadanos de Tezoatlán ya están hartos de divisionismos y confrontaciones; lo que exigen –y con justa razón- es que los integrantes del Cabildo –todos, no sólo la presidenta municipal- asuman su responsabilidad, enmienden sus errores y aprovechen los 17 meses que les quedan para hacer lo que debieron desde un principio: dejar a un lado las diferencias internas y los golpes bajos, para trabajar en beneficio de los ciudadanos que los llevaron al poder.

El tiempo se acaba, y si la cordura y la madurez política no hacen acto de presencia, los ciudadanos de este municipio llegarán al cada vez más cercano proceso electoral del año próximo en un ambiente de polarización y confrontación que pondrá en riesgo la tranquilidad de los habitantes del municipio.

Hace más de tres décadas Tezoatlán vivió uno del conflicto político-electoral que cobró su cuota de sangre. Hoy nadie en su sano juicio debe apostar al retorno de esos tiempos; es tiempo de enderezar el rumbo.

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