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EDITORIAL. COVID-19: tiempos de solidaridad y de empatía

SRI-8

17 de abril. La pandemia del coronavirus que azota a un gran número de países del mundo ha puesto a prueba la capacidad de los gobiernos y de los ciudadanos para hacer frente a esta enfermedad a la que todas las personas, sin distinción de nacionalidades, creencias religiosas o políticas, o condición social o económica estamos expuestas.

Las reacciones de la gente ante la situación que hoy vivimos, y ante el cúmulo de información que recibimos de muy diversas fuentes ha sido muy diversa, pues va del miedo, a la desesperación y a la angustia, pero también a la incredulidad y a la indiferencia ante las indicaciones de las autoridades gubernamentales y sanitarias para guardar la llamada “sana distancia” y aplicar las medidas de higiene necesarias para evitar que la propagación del contagio rebase la capacidad de atención de los servicios de salud.

A esto último han contribuido en gran parte las versiones difundidas a través de las “benditas redes sociales”, como las llamó el presidente de la República. Algunas de estas versiones, carentes de sustento, señalan que la pandemia no existe, y que todo es un invento de los países poderosos para reventar la economía de los países débiles y obligarlos a endeudarse con el Fondo Monetario Internacional; otras más mencionan que el virus causante del COVID-19 fue creado por las grandes potencias mundiales, con el mismo propósito; y algunas más, que se trata de una estrategia para reducir la población mundial, sobre todo de adultos mayores.

Estas versiones, que son replicadas de buena fe por un gran número de personas, han causado un gran daño, y son responsables en gran parte de que muchas personas no tomen en serio la situación que se vive actualmente en el mundo y en nuestro país, y que por lo tanto no adopten las medidas preventivas necesarias. Dicho de otra manera, son responsables de un gran número de contagios y de muertes.

La pandemia es algo serio; los contagios son reales y las muertes son reales. ¡Cuánto daríamos para que las teorías de la conspiración fuesen ciertas, que esto fuera solo un invento de alguien, y que no estuviera ocurriendo lo que desgraciadamente está sucediendo en gran parte del mundo!

Lamentablemente, esta realidad ya nos ha alcanzado en la Mixteca y en Huajuapan: de acuerdo con los reportes de los Servicios de Salud de Oaxaca, en esta región ya se han reportado casos de COVID-19 en Huajuapan de León, Nochixtlán, Tamazulapan del Progreso, Chalcatongo de Hidalgo, Mesones Hidalgo y el más reciente en Tezoatlán de Segura y Luna, además de que en esta ciudad se registró la defunción de un paciente que provenía del estado de Puebla.

Hoy esta pandemia está sacado a flote lo mejor y lo peor del ser humano, y poniendo a prueba la capacidad de respuesta y las estrategias implementadas por los gobiernos en todo el mundo para hacer frente a este grave problema de salud y tratar de salir lo mejor librados de esta crisis.

En México, además de la difusión de noticias falsas a través de las redes sociales, se han registrado numerosos casos de agresiones a médicos, enfermeras y personal de salud, quienes no solo tienen que convivir todo el tiempo con el riesgo de contraer la enfermedad porque no cuentan con el equipo de protección y los insumos necesarios, sino también cuidarse cuando salen a la calle, para no ser víctimas de la paranoia de personas inconscientes y mal informadas que les arrojan cloro u otro tipo de sustancias.

También sigue existiendo un gran número de personas que no toman en cuenta las recomendaciones de las autoridades sanitarias y siguen haciendo su vida normal, saliendo a la calle sin necesidad, haciendo incluso vida social, sin tomar en cuenta que no solo se están exponiendo ellos y exponiendo a sus familias, sino también poniendo en riesgo a un gran número de personas que tienen la desgracia de cruzarse en su camino.

Otro elemento importante en esta crisis sanitaria ha sido la falta de coordinación de las autoridades de los tres órdenes de gobierno, pues han proliferado las contradicciones sobre diversos temas, desde el número de contagios y fallecimientos hasta la conveniencia o inconveniencia del uso del cubrebocas, y la efectividad o falta de efectividad de las pruebas rápidas.

Por lo que toca a las autoridades locales, en varias localidades y municipios de la región han adoptado diversas medidas para tratar de evitar los contagios, las cuales van desde la instalación de filtros en las entradas y salidas, hasta la suspensión de corridas del transporte público. Cada autoridad ha actuado como Dios le da a entender, porque no hay directrices claras y protocolos de actuación para que todas vayan en la misma dirección.

En lo único en los que todos parecen estar de acuerdo es en que la única medida eficaz para evitar la propagación del COVID-19 es el aislamiento social, es decir, quedarnos en casa, salir solo para lo estrictamente necesario, y cuando realmente sea necesario salir, adoptar todas las medidas de prevención e higiene emanadas de las autoridades, principalmente de las del sector salud. La pandemia no es un juego, es algo serio.

Hoy estamos viviendo tiempos difíciles. Éstos no son tiempos de confrontaciones, de discordias ni de protagonismos; no son tiempos para que algunos traten de llevar agua a su molino; deben ser tiempos marcados por la solidaridad, la empatía y la generosidad; tiempos para mostrar que los seres humanos aún podemos rescatar esa humanidad que desgraciadamente hemos ido perdiendo.

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