27 de marzo. El incremento del comercio informal en Huajuapan sigue siendo un problema sin resolver, pues administraciones y regidores del ramo van y viene, sin que alguien encuentre la fórmula mágica para solucionarlo de manera definitiva, o por lo menos para frenar su crecimiento explosivo y disminuir sus efectos.
Por el contrario, cada día que pasa se reafirma la idea de que es un problema que no tiene solución, y que seguirá siendo una asignatura pendiente, un mal que se va heredando de administración en administración, y que incluso, en muchas de ellas se ha tolerado y hasta fomentado que se incremente la invasión de vialidades y espacios públicos por el comercio informal, como pago de favores y compromisos políticos, aunque terminaron por perder el control.
Para tratar de atenuar el problema que representa el comercio informal, en algunas administraciones municipales se han intentado diversas estrategias, que van desde la cesión de espacios públicos para albergar a los comerciantes ambulantes, exentándolos incluso del pago de uso de suelo, la creación de espacios comerciales y la implementación de "mercados sobre ruedas", pero todos los intentos han fracasado.
Tal vez uno de los ejemplos más claros de las estrategias fallidas implementadas en este aspecto se el del denominado Andador de las Campanas, ubicado entre las calles Juárez y Zaragoza, el cual fue creado hace aproximadamente 20 años para albergar a los comerciantes ambulantes que operaban en las inmediaciones del mercado "Benito Juárez", en las calles de Cuauhtémoc y 5 de mayo. A 20 años de distancia, muchos de los locales del mencionado andador solo se ocupan como bodegas, pues los comerciantes prefieren salir a las calles Zaragoza y Colón a realizar sus actividades.
Con el paso del tiempo, el comercio informal ha ganado cada vez más privilegios para invadir espacios públicos, calles, banquetas y lugares de esparcimiento, ante la complacencia de las autoridades, que parecen haber sido rebasadas por este gremio, cuyos líderes las someten a diversos chantajes y presiones, e incluso han sido quienes han establecido las reglas del juego en el tema.
El problema del comercio informal no es nada fácil de resolver, al menos en el corto plazo, porque las diversas administraciones que han dirigido los destinos de Huajuapan no han tenido la capacidad de diseñar un proyecto integral que contemple ofrecer alternativas viables a los comerciantes ambulantes, para permitir la liberación de las vialidades y espacios públicos invadidos.
Esta problemática también tiene un impacto en otros temas, como el de la movilidad urbana, pues algunas acciones supuestamente orientadas a mejorar la seguridad de los peatones, como la ampliación de banquetas, han terminado beneficiando en realidad al comercio informal, como ocurre en algunos puntos como la calle Colón y la esquina de la calle Hidalgo con Morelos.
Si bien es cierto que quienes ejercen esta actividad apelan al legítimo derecho al trabajo y argumentan que la invasión de vialidades y espacios públicos es motivada por la necesidad de llevar el sustento diario a sus familias, no se puede negar que esto genera un grave problema de movilidad, de salud, económico, e incluso de gobernabilidad.
El del comercio informal es uno de los problemas más complejos de resolver y con mayores efectos negativos para el desarrollo de la sociedad, pues si bien es una alternativa ante la falta de empleos, afecta en muchos otros aspectos a la mayoría de los habitantes de la ciudad.
Hasta hoy las diversas administraciones municipales no han tenido la decisión de buscar una solución de fondo a esta problemática, por las repercusiones sociales, pero sobre todo políticas, que esto tendría; pero no se puede seguir postergando este problema, pues cada día que pase será más complicado enderezar el barco, y los habitantes de Huajuapan seguiremos condenados a vivir en el desorden y la anarquía, bajo el argumento de que este es un "mal necesario".
¿Habrá alguien que se anime a tomar el toro por los cuernos?