06 de marzo. Bajo la consigna #NiUnaBataMenos, durante las dos últimas semanas los alumnos de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) han salido a las calles de la capital de esa entidad para manifestarse en demanda de seguridad, antes los cotidianos actos delictivos de que son víctimas, y que van desde los asaltos en el transporte público o en las inmediaciones de las escuelas y facultades, hasta los asesinatos de estudiantes.
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El detonante de las movilizaciones fue el asesinato de dos estudiantes de Medicina de la UPAEP, Ximena Quijano Hernández y José Antonio Parada Cerpa, ambos de nacionalidad colombiana, y uno de la BUAP, Francisco Javier Tirado Márquez, originario del estado de Veracruz.
El domingo 23 de febrero los tres jóvenes habían acudido al municipio de Huejotzingo, ubicado a menos de media hora de la ciudad de Puebla, a presenciar las actividades del carnaval. Por la noche solicitaron un Uber para regresar a sus casas, pero nunca llegaron: sus cadáveres, al igual que el del conductor Josué Emmanuel Vital, fueron hallados la madrugada del lunes, con varios impactos de bala.
Los sueños de los tres jóvenes universitarios, quienes formaban parte de los 70 mil estudiantes foráneos que acuden a las instituciones de educación superior de la ciudad de Puebla, quedaron truncados por las balas de la delincuencia que cada día va ganando más espacios en la vecina entidad.
La megamarcha realizada este jueves en demanda de justicia y seguridad fue calificada de histórica, no sólo porque en ella participaron 50 mil alumnos de más de treinta universidades públicas y privadas –el mayor contingente de que se tenga memoria en esa entidad-, sino porque durante el recorrido no se registraron pintas, insultos, agresiones, actos vandálicos o de violencia.
De manera unánime, los medios destacaron la organización y las medidas de seguridad que los universitarios implementaron para evitar la incursión de posibles infiltrados que pudieran generar actos de violencia o tratar de desvirtuar el objetivo de la movilización.
Los jóvenes de Huajuapan no son ajenos a la situación que el sector estudiantil de la vecina entidad vive a causa del incremento de la delincuencia y la violencia, pues cada semana decenas de estudiantes viajan a la ciudad de Puebla para asistir a clases en diversas instituciones, después de pasar el fin de semana con sus familias.
El número de jóvenes huajuapeños que emigran a la ciudad de Puebla para cursar una carrera universitaria se ha incrementado en los últimos años, sobre todo porque hay carreras con las que no cuenta la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) o porque el nivel académico de la máxima casa de estudios de nuestra entidad se ha deteriorado por los conflictos y paros que de manera recurrente vive esa institución.
Ulises Osorio Camacena, quien estudia en la ciudad de Puebla y viaja todos los domingos, aseguró que las condiciones de seguridad para los estudiantes, tanto locales como foráneos, no es garantizada en esa entidad por ninguna corporación, por lo que los estudiantes no puedan desarrollar sus actividades con tranquilidad.
Aseguró que las marchas y movilizaciones que llevan a cabo los alumnos de la UPAEP y la BUAP tienen como único objetivo la exigencia de seguridad.
“Yo creo que en el estado de Puebla se vive bastante inseguridad. Los estudiantes vamos a prepararnos, pero estamos expuestos a las violaciones, robos y asesinatos. Estoy de acuerdo con la marcha que hacen los estudiantes, ya que ha habido muchos asesinatos en las últimas semanas; creo que Tehuacán y Puebla deben unirse al movimiento”, dijo.
Por su parte el estudiante de último semestre de preparatoria, Kevin Soriano Morales, indicó que la situación de violencia que se presentan en la ciudad de Puebla ha provocado que algunos estudiantes de Huajuapan ya no la contemplen como una opción para estudiar una licenciatura, a pesar de que muchas de las universidades de esa ciudad cuentan con un nivel de excelencia académica.
“La violencia está mal, porque los que están sufriendo más son las mujeres; por ejemplo, está el tema del Bullying y en las mujeres se presenta más. Está mal la situación porque todo el trabajo y todo lo que tuvo que hacer, el estudio, para que al final los mataran, está mal”, dijo.
La violencia y la inseguridad contra los estudiantes no se limita a la capital poblana, pues se ha hecho presente de manera recurrente en otras ciudades de esa entidad, entre ellas Tehuacán, a donde cada sábado acuden decenas de estudiantes Huajuapeños a tomar clases.
El estudiante de Ingeniería en Sistemas Computacionales en esa ciudad, Raúl Cruz, indicó que las condiciones de seguridad en dicha ciudad se han visto mermadas para los estudiantes, lo cual ha afectado principalmente a los alumnos del Instituto Tecnológico de Tehuacán, pero también se han registrado robos, asesinatos y abusos contra alumnos de instituciones privadas y de nivel básico.
“La inseguridad que está en nuestra ciudad tiene que parar porque, por ejemplo, hemos sufrido asaltos, asesinatos, y no solo a personas mayores de edad, sino también a jóvenes que siendo inocentes y no teniendo nada que ver, no tienen que pasar por eso”, dijo.
Por su parte, padres de familia cuyos hijos emigran a otras entidades, se preocupan ante las condiciones de inseguridad y los riesgos que los jóvenes tienen que enfrentar para lograr su objetivo de obtener un título universitario.
Sergio López García quien asegura que, a pesar de que las condiciones de violencia se agravaron en los últimos meses en la ciudad de Puebla, no son exclusivas de esa entidad, pues también se presentan en el municipio de Huajuapan y en otros municipios del estado de Oaxaca.
“El riesgo está latente y es para todos. Incluso, nosotros como adultos salimos y no sabemos que nos vamos a encontrar en el camino: un asalto al camión o a la suburban, y de igual forma en las ciudades. Uno llega a Puebla o México y se está expuesto a todo, no sabemos en qué momento nos puedan atracar”, dijo.
Por su parte, María Hernández hizo un llamado a las corporaciones de seguridad y a los tres órdenes de gobierno para que refuercen las medidas de protección para los ciudadanos, principalmente en los límites de Oaxaca con Puebla, Veracruz y Guerrero, al señalar que los jóvenes salen a dichas entidades en busca de oportunidades de estudio, las cuales no deben truncarse por causa de la violencia.
“Da tristeza que apenas vayan a superarse, y lo siente uno bastante; yo lo digo por mí. Si pudiera hacer algo, lo haría, pero no nos queda nada más que preocuparse. Antes era tranquilo, no teníamos miedo, pero cambiaron los tiempos; no hay tranquilidad ni para el pobre ni para el rico. ¡Hagan algo las autoridades, por favor!”, dijo.
A su vez, Guadalupe Palma, madre de un estudiante de Medicina, reconoce que los riesgos que tienen que enfrentar los jóvenes que acuden a las universidades son cada vez mayores, pues la delincuencia los acecha lo mismo en el transporte público que en el trayecto de su casa a la parada, o incluso en los circuitos universitarios.
“Cuando mi hijo salía de la casa yo me quedaba contenta porque sabía que cada día estaba más cerca de alcanzar su meta de ser médico, pero cuando escucho en la radio o veo en las redes sociales que hubo otro asalto al transporte público, o que asaltaron a un estudiante, o cuando mi hijo me platica que a alguno de sus compañeros lo asaltaron, me da un miedo terrible, sobre todo después de que mataron a estos muchachos, pues dos de ellos iban en la misma escuela que mi hijo. Ahora me quedo con mucho miedo, y no estoy tranquila hasta que él regresa a la casa”, manifestó.
El movimiento de los universitarios poblanos se ha ubicado como uno de los temas relevantes de la agenda de los medios nacionales, tanto por la magnitud de sus movilizaciones como por las características de las mismas, las cuales se han desarrollado en absoluto orden, sin actos de violencia y vandalismo, y sin la injerencia de actores políticos que pretendan “llevar agua a su molino”.
Hoy, la preocupación de diversos sectores de la población es la inseguridad que se ha adueñado de prácticamente todo el territorio nacional. Esta vez han sido los estudiantes universitarios quienes han alzado la voz para que el gobierno de Puebla los escuche, y entre los miles que ganaron la calle este jueves, se encontraban sin duda alguna muchos huajuapeños, quienes exigían –con justa razón- que las autoridades les garanticen el derecho de trasladarse a sus escuelas, de regresar a su casa y de viajar los fines de semana para visitar a sus familias, todo esto de manera segura, sin el temor de ser asaltados, violentados, o en el peor de los casos, asesinados.
Hoy, las voces de los huajuapeños que estudian en universidades del estado de Puebla se sumaron a la exigencia de #NiUnaBataMenos.
-Denise Luengas
Twitter: @denise_sri
Facebook: Sistema Radiofónico Informativo
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PLATAFORMAS DIGITALES:
Aplausos para todos los jóvenes que participaron en la marcha, dieron una muestra de civilidad, no hubo agresiones, no vandalizaron y al final también iban levantando la basura.
Lograron su cometido que era que los voltearan a ver los ciudadanos y la autoridad.
Una juventud que ayer nos dio una gran lección.