06 de septiembre. Los grupos radicales con presencia en nuestro estado cada vez parecen haber ganado terreno y poder contra las autoridades, y viven en la impunidad ante la falta de una clara decisión por parte del gobierno para aplicar la ley.
Y muestra de ello es que este miércoles la Secretaría de Movilidad del gobierno estatal(Semovi), llevó a cabo un operativo en Asunción Nochixtlán, donde fueron asegurados seis mototaxis, lo que molestó a los transportistas irregulares, quienes recurrieron una vez más a la violencia y a las acciones vandálicas a las que son tan afectos. Esta vez, los transportistas irregulares realizaron la quema de dos grúas que servirían para el arrastre de las unidades aseguradas.
Pero eso no fue todo, ya que antes de dar rienda suelta a su vocación incendiaria agredieron a los conductores de las grúas, y nuevamente bloquearon la Súper Carretera Oaxaca-Tehuacán-Cuacnopalan, a la altura de Nochixtlán, donde se había realizado el operativo antes mencionado.
Esta acción es una muestra clara del grave deterioro del estado de derecho que existe en el estado de Oaxaca. Estos hechos ponen por los suelos la imagen de las autoridades, el respeto que éstas deberían inspirar y, sobre todo, el respeto a la ley. Nuevamente estos grupos desafían abiertamente a las autoridades y a la ley, que deberían ser respetadas y obedecidas.
No podemos dejar de mencionar que desde hace varios años Nochixtlán ha estado en el ojo del huracán por las acciones radicales y violentas, y las manifestaciones de desacato de las organizaciones y grupos con presencia en este municipio hacia las autoridades, a quienes una y otra vez se han impuesto y han sometido a sus caprichos.
Desde el enfrentamiento del 19 de junio de 2016 en ese municipio, donde policías federales desalojaron a profesores y miembros de organizaciones radicales que protestaban por la reforma educativa implementada por el gobierno del entonces presidente de la República, Enrique Peña Nieto, y por la detención de algunos de los principales líderes de la sección 22 de la CNTE, ese municipio parece haberse convertido en tierra de nadie.
Este es el momento de poner un alto a este tipo de acciones que muestran un estado debilitado ante las organizaciones, que cada vez se fortalecen más y por lo mismo se muestran insaciables, ante la debilidad de un Estado que carece de la voluntad y decisión para cumplir con su obligación de hacer respetar la ley.
Hoy se requiere de un verdadero estado de derecho que haga posible que la paz y la tranquilidad retornen a ese municipio, en beneficio de sus habitantes que se han convertido en rehenes de las organizaciones, pero también de los miles de ciudadanos que todos los días circulan por ese lugar y cuyos derechos son violentados impunemente, un día sí y el otro también.
¡Ya basta de la impunidad y de dejar que crezca esta problemática, que ha trastocado la paz y ha frenado el desarrollo del estado de Oaxaca!
Es tiempo de que el Estado ponga un alto a estos y otros grupos radicales, que con este tipo de actos vandálicos y agresiones parecen confirmar que, en nuestra entidad, y concretamente en Nochixtlán, literalmente los patos le siguen tirando a las escopetas.