Sistema Radiofónico Informativo

EDITORIAL. ¿Es verdad que las leyes se hicieron para violarlas?

SRI-8

26 de abril. No es una creación mexicana, pero muchos compatriotas, principalmente los políticos, han adoptado como propia la frase que dice que “las leyes se hicieron para violarlas”.

Se ha convertido en una práctica común que los partidos políticos, a través de sus legisladores, aprueben reformas legales “progresistas” o “de avanzada”, tan sólo para que una vez vigentes busquen la manera de evadirlas o violarlas cínicamente.

Esto ocurrió en el año 2009, cuando desde la primera sesión de la LXI Legislatura del Congreso de la Unión, 11 legisladoras plurinominales emanadas del PRI, del PRD, del PT y del Partido Verde solicitaron licencia para separarse del cargo, y que éste lo asumieran sus suplentes, que eran varones. Con esto se burló de la manera más burda la disposición legal que obligaba a los partidos a postular al menos el 40 por ciento de mujeres en sus listas de candidatos de representación proporcional.

Las legisladoras que heredaron el cargo a sus suplentes varones fueron bautizadas como “diputadas Juanitas”, en alusión al caso de Rafael Acosta Ángeles, alias “Juanito”, candidato del PT a jefe delegacional de Iztapalapa, quien fue apoyado abiertamente por el entonces excandidato presidencial del PRD, Andrés Manuel López Obrador, a cambio de que al ganar la elección dejara el cargo a Clara Brugada, quien debido a una resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tuvo que dejar la candidatura del partido del sol azteca a Silvia Oliva.

Para evitar que se replicara esta práctica, se reformaron nuevamente las leyes electorales federales y estatales, a fin de establecer que las suplentes de las candidatas mujeres fueran del mismo género, y que en las planillas de candidatos a concejales de los ayuntamientos se alternaran los candidatos hombres y las mujeres.

Pero como siempre sucede, los políticos encontraron la manera de burlar nuevamente estas reformas, pues en varios municipios hicieron que renunciara tanto la presidenta municipal electa como su suplente, para que asumiera el cargo el varón que ocupaba el segundo lugar en la planilla.

Tres de estos casos se registraron en la región Mixteca: el primero fue en Santiago Tamazola, donde la priista Anayeli Huerta Atristain renunció al cargo, apenas media hora después de rendir protesta, y dejó en su lugar al síndico Óscar Sánchez Ruiz, quien además era el presidente municipal saliente y, por si fuera poco, su cuñado. El segundo fue el de la también priista Fidela Cuenca Fermín, quien renunció un día después de asumir el cargo, dejando en su lugar al síndico Salvador Peral Bazán.

El tercero caso, y el más burdo, fue el de Tezoatlán de Segura y Luna, donde la candidata del PRD a presidenta municipal, Madaí Matías Sánchez, y su suplente Araceli Rojas Vázquez renunciaron un día antes de la elección, por lo que el candidato a síndico Moisés Castro Montesinos reclamó la Presidencia, dando origen a un conflicto poselectoral que subsiste hasta la fecha y que será motivo de otro análisis.

En los casos de Santiago Tamazola y San Miguel Ahuehuetitlán las presidentas municipales electas se retractaron de sus respectivas renuncias y finalmente asumieron el cargo. En el de Tezoatlán de Segura y Luna el Tribunal Electoral del Estado de Oaxaca determinó que, por razón de género, la Presidencia Municipal la ocupe la regidora Alexa Cisneros Cruz.

Pero los de las “presidentas Juanitas” no fueron los únicos intentos de violar la ley: en el mismo municipio de Tezoatlán de Segura y Luna, Jorge Ciprián Celis contendió como candidato del PRI a presidente municipal, cargo que ya había ocupado ocho años antes. Al perder la elección le correspondía ser regidor de representación proporcional; sin embargo, a pesar de que se acreditó ante la Secretaría General de Gobierno como “Regidor de Gobernación y Reglamento”, prefirió abandonar dicho cargo para incorporarse al Ayuntamiento de Huajuapan como director de Movilidad.

Es bien sabido que los cargos de elección popular son irrenunciables; sin embargo, también es sabido que son muchos los políticos que brincan de un cargo a otro, disfrazando de “licencia” lo que en términos prácticos es una renuncia. Y si esto es grave, lo es más cuando se abandona un cargo de elección popular para ocupar una dirección en otro municipio.

Ciprián Celis pidió y obtuvo el voto de un sector importante de los ciudadanos de Tezoatlán de Segura y Luna, por lo que recibió el mandato de ocupar una regiduría en ese municipio. Al abandonar el cargo para el que fue electo, despreció a los ciudadanos de Tezoatlán que votaron por él, prefiriendo ser empleado en Huajuapan en lugar de autoridad en su municipio.

Por supuesto que no es éste el único caso de este tipo que se ha registrado en esta región; el más reciente había sido el de José Javier Ríos Abascal, quien en el año 2013 contendió como candidato del PAN a Presidente Municipal de Santiago Huajolotitlán. Al igual que Ciprián Celis, perdió la elección y despreció a los ciudadanos de Huajolotitlán que le dieron el voto, al no asumir la regiduría de representación proporcional que le correspondía, y preferir incorporarse como director de Relaciones Laborales del Ayuntamiento de Huajuapan.

Está claro que hay muchas maneras de burlar la ley, y que si en algo somos especialistas los mexicanos es precisamente en eso; más tarda en aprobarse una reforma legal supuestamente destinada a cerrar las puertas a las trampas y triquiñuelas, que los políticos en encontrar la manera de “darle la vuelta”.

Y lo que pasa en la política ocurre en muchos otros campos de la vida nacional. Tal parece que, al menos en México, es cierto aquello de que “las leyes se hicieron para violarlas”.

error: ¡Contenido Protegido!