24 de abril. El Día del Abuelo se festeja en México cada año el 28 de agosto. Esta celebración surge oficialmente en nuestro país en el año 1983, aunque su origen se remonta al sexenio 1934-1940, cuando fue presidente de la República Lázaro Cárdenas, quien determinó que debía existir una fecha especial para honrar a los abuelos.
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Sin lugar a dudas, los abuelos han desempeñado un papel fundamental en el seno de las familias, pues siempre están ahí cuando se les necesita; por eso se han convertido en piezas clave e insustituibles en las familias tradicionales.
Es indudable que los abuelos juegan un papel muy importante, incluso indispensable, pero muchas veces son poco valorados.
En México, una gran cantidad de adultos mayores, a quienes se denomina cariñosamente abuelitos, se encuentran en situación de abandono: por este motivo, a pesar de su edad, muchos de ellos tienen que buscar una manera de subsistir decorosamente, enfrentándose a la dificultad para conseguir un empleo o una actividad que les permita cubrir sus necesidades más elementales.
De acuerdo con estadísticas del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en nuestro país el 12 por ciento de los abuelos vive en condiciones de pobreza extrema.
Pero a pesar de tener que enfrentar situaciones de este tipo, y más allá de su situación económica, social y cultural, la mayoría de los adultos mayores ha logrado salir adelante con grandes esfuerzos. Un ejemplo de ello es don Juan Hernández, de 64 años de edad, quien padece artritis y enfrenta dificultades para caminar y alimentarse, por lo que ha requerido del apoyo de sus vecinos para realizar algunas labores cotidianas.
Sin embargo, aseguró frecuentemente tiene que realizar un esfuerzo verdaderamente sobrehumana para salir adelante y tratar de valerse por sí mismo, pues sus dos hijos emigraron a los Estados Unidos, y desde hace varios años no sabe nada de ellos.
Pero no todos enfrentan la misma situación; por ejemplo, don Jesús Salvador Jiménez, a pesar de que cuenta con el cariño de sus hijos y nietos, lamenta que con el paso de los años las nuevas generaciones hayan cambiado su actitud hacia los abuelitos, y se han perdido en el camino.
“Por ejemplo la juventud está muy desarrollada; la tecnología ha avanzado mucho, hay mucha publicidad, muchas cosas; a lo mejor los jóvenes están mal encausados, ven series en las televisiones y ven cosas malas en la televisión, entonces de ahí van agarrando muy malos hábitos”.
A pesar de eso, consideró que mientras se tenga una buena educación y se enseñe con el ejemplo a los jóvenes, éstos pueden tener un buen futuro y ver desde otro enfoque a los adultos mayores.
Los problemas que enfrentan los adultos mayores en nuestro país son diversas. Algunos de ellos, a pesar de su edad; aún tiene la responsabilidad de sacar adelante a sus familias como es el caso de don Juan Rufino Herrera Ramírez, de ocupación campesino, quien dijo su trabajo lo realiza con esfuerzo y dedicación, ya que su familia todavía depende de él.
Aseguró que este trabajo es su única fuente de ingreso, y tiene muy claro que la cosecha que obtiene depende en gran parte de las condiciones climáticas. A pesar de eso, y de que muchas veces el dinero que obtiene de su trabajo no es suficiente para los insumos que se requieren para continuar sembrando, sigue asumiendo la responsabilidad de apoyar a su esposa, a sus hijos y a sus nietos.
“Yo soy campesino, pero cuando llega el tiempo de siembra no tenemos para barbechar, no tenemos para surcar, no tenemos para fertilizar y no tenemos para semillas”.
Aseguró que a pesar de las complicaciones que tiene que enfrentar la mayor parte del tiempo, mientras tenga fuerzas seguirá realizando el trabajo que sus padres le enseñaron.
La cultura familiar es una riqueza que se valora cada vez menos, pero es muy importante. Sin embargo, para todos los seres humanos la figura del abuelo debe tener una importancia inigualable, pues, como decía el poeta chiapaneco Jaime Sabines, ellos son “el tronco invulnerable y nosotros las ramas”. A partir ce ellos echamos raíces y nos sabemos pertenecientes a una familia, con un pasado, con una historia que define nuestra identidad y nos da soporte.
Por eso no debemos dejar que la rutina diaria y la distancia nos hagan perder este elemento imprescindible en el crecimiento afectivo de las familias, que es el valor de los abuelos. Este 28 de agosto, Día de los Abuelos, debe ser una fecha para reflexionar y revalorar el papel de nuestros abuelitos. No hay que olvidar que algún día, más temprano o más tarde, seremos parte de esa generación llena de experiencia, de sabiduría, pero que muchas veces lleva sobre sus espaldas el peso del olvido y la marginación.
-Denise Luengas
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