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EDITORIAL. Lo dejo a su criterio

SRI-8

22 de junio. Estamos a poco más de una semana para que concluya este complicado y efervescente proceso electoral que, como el mundial de futbol, nos ha sorprendido a todos, o a casi todos.

Este proceso seguramente pasará a la historia como uno de los más apasionados pero también uno de los más violentos de la historia, sobre todo por las cifras escandalosas de asesinatos y agresiones contra funcionarios o exfuncionarios, candidatos e integrantes de sus equipos de campaña. Prueba de ello es que, de acuerdo con el indicador de violencia política, hasta la fecha el número de políticos asesinados durante este proceso electoral asciende a 112.

De los políticos asesinados 28 eran precandidatos, y 14 eran candidatos a puestos de elección; el resto corresponde a alcaldes, ex alcaldes, regidores, exregidores, diputados, síndicos, exsíndicos, dirigentes o militantes de partidos políticos.

En este periodo otros 127 políticos han recibido amenazas y han sido víctimas de actos de intimidación; de ellos 16 eran precandidatos y 73 son candidatos.

En el indicador de violencia se han documentado las intimidaciones, amenazas, ataques a familiares, agresiones físicas o con armas de fuego, así como asaltos con violencia, entre otros actos. Los estados que registran el mayor número de agresiones son de Guerrero con 23; Oaxaca con 19; Puebla con 13; y Veracruz con 8, según dicha fuente.

Sin lugar a dudas este proceso es diferente a todos los anteriores, por diversos factores, pero sobre todo porque durante el mismo se ha registrado el mayor número de asesinatos de candidatos a cargos de elección popular en toda la historia política del país.

De estos hechos de violencia no han escapado la Mixteca y el distrito de Huajuapan, pues esta semana fue asesinado Cipriano De Jesús Paz, quien fue dirigente del Frente Indígena Oaxaqueño Binacional (FIOB) y formaba parte del equipo de campaña del candidato del PRD a la diputación local por Huajuapan, Ezequiel Rosales Carreño.

Esta misma semana la candidata de la coalición Juntos Haremos Historia a la Presidencia Municipal de Huajuapan, Juanita Cruz Cruz, denunció que uno de los cristales del vehículo de su propiedad fue roto en circunstancias no aclaradas hasta el momento, cuando se encontraba estacionado frente al Parque Bicentenario, mientras los integrantes de su equipo realizaban actividades de campaña en la colonia La Merced.

Aunque a primera vista éste pudiera parecer un simple “cristalazo” o un acto de vandalismo, persiste la duda porque no fue robado ningún objeto del interior del vehículo, por lo que la candidata exigió a las autoridades una investigación a fondo, para esclarecer los hechos.

Si bien es cierto que la mayoría de los ataques y asesinatos de candidatos y personajes políticos de diversas filiaciones partidistas no se han aclarado hasta el momento, y por lo tanto no existe la certeza de que las agresiones hayan tenido alguna relación con sus actividades políticas, la duda persiste, y estos hechos han enturbiado este proceso electoral que ya de por sí se había caracterizado por la polarización, la violencia verbal y la guerra sucia, provenientes de uno y otro bandos.

A todas luces es preocupante que se llegue a la antesala de la jornada electoral en un ambiente de violencia, confrontación y encono como el que se vive actualmente en el país.

Esperamos que la jornada del próximo primero de julio transcurra en paz, con los incidentes menores que son inherentes a todo proceso electoral, pero sin que se registren actos de violencia. Los mexicanos deseamos y merecemos una jornada electoral civilizada y pacífica. Nadie en su sano juicio debe apostar a la violencia política.

Por eso, sean cuales fueren los resultados, sean quienes fueren los ganadores, o que debe prevalecer ante todo es el respeto a la legalidad y a las instituciones. En una democracia, como en un campeonato de futbol, se gana o se pierde, y los contendientes deben aprender a ganar y a perder.

Lo deseable es que los resultados no sean inobjetable, que no deben asomo de duda; pero si no lo fueren y si algún partido o candidato considera que se violó la ley, debe hacer uso de los recursos y las instituciones que las propias leyes electorales ponen a su alcance para hacer valer sus derechos y defender los votos de los ciudadanos.

Nadie tiene derecho a incendiar el país.

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