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REPORTAJE. Ser madre nunca fue fácil

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11 de mayo. Ser mamá nunca ha sido fácil; a pesar de ello las mujeres, cualquiera que sea su profesión, oficio, edad o condición social, nunca han dejado de desempeñar su mejor papel, que es precisamente el de ser madres.

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Las mamás han sido siempre las mejores doctoras, enfermeras, maestras, administradoras, psicólogas, consejeras, confidentes y verdaderas heroínas en el hogar; pero sobre todo, son seres capaces de darlo todo, incluso su propia vida, por sus hijos. Los ejemplos sobran.

Éste es el caso de Yuridia Huerta Martínez, una de las mujeres que forman parte de la Policía Municipal de Huajuapan, quien asegura que su mayor compromiso es sacar adelante a su menor hijo.

Refiere que su hijo de 10 años de edad es su principal motivación para continuar realizando un trabajo tan complicado como el suyo, pues todos los días le dice lo argulloso que se siente de ella, porque al realizar su trabajo puede cuidar a los niños de cualquier situación de peligro.

“Sus compañeritos le dicen que ha de ser muy bonito tener una mamá policía porque cuida a las personas, y él responde a sus amiguitos que cuando necesiten de un apoyo le hablen a su mamá, que yo los voy a ayudar”.

Aunque reconoce que se siente orgullosa de formar parte de esta corporación, precisa que ser policía no es nada fácil, sobre todo cuando se tienen que atender casos de mujeres que sufren violencia intrafamiliar.

“La violencia familiar es uno de los peores casos que me ha tocada atender; algunas mujeres no se atreven a denunciar, y creen que es algo normal”, dijo.

Asegura que si ser policía es una actividad riesgosa, lo es más cuando la desempeña una mujer; sin embargo, está comprometida con su trabajo porque sabe que a través del mismo puede ayudar de una manera muy importante a la gente.

“Ingresé a la corporación porque me quede sin empleo, por necesidad; sin embrago, ahora sé la nobleza del trabajo, y del apoyo que brindamos a personas que requieren de nuestro apoyo”.

Yuridia relata cómo es un día normal de trabajo para ella:

“Tenemos un horario de 24 por 24. Me levanto a las seis de la mañana; le preparo su desayuno (a mi hijo); lo baño, nos arreglamos y lo paso a dejar a su escuela; yo me voy a mi trabajo, donde inicio con el pase de lista; iniciamos los recorridos; se apoya en los auxilios. Llego a la hora de la comida, veo a mi hijo y le apoyo en casa y a su tarea y regreso al trabajo para salir a las nueve de la mañana (del día siguiente)”.

Aseguró que una mujer importante en su vida es su mamá a quien considera “una verdadera bendición”, ya que la ha apoyado a cuidar a su menor hijo.

Otro caso es el de Glafira Martínez, madre soltera a quien su hija de 12 años de edad le ha transformado la vida.

“Desde que ella nació soy su mamá y papá, además de ser su amiga, su maestra y su enfermera, trato de ser lo máximo para ella”, dijo.

Glafira, quien se desempeña como intendente, dijo que a pesar de que pasa medio día fuera de su casa por tener bque trabajar, tiene claro que la prioridad es su pequeña hija.

“Entro a trabajar a las siete de la mañana. Me levanto a las cinco de la mañana, regreso a las cuatro de la tarde a mi casa; como con mi hija, hacemos la tarea, platicamos y salimos a jugar”, refirió.

Como para la mayoría de las mamás, para ella no ha sido nada fácil dejara solos a sus hijos gran parte del día, pero tiene que buscar el sustento para ellos. Pero a pesar de los reclamos de los pequeños y de los momentos amargos por no poder pasar más tiempo con ellos, tiene claro que todo los sacrificios que hace se traducen en un mejor bienestar para ellos.

Anabel Vidal Martínez, enfermera del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMMS), reconoce que es complicado ser madre y trabajadora a la vez, pero asegura que ningún sacrificio es demasiado con tal de ver a su hijos crecer y poder asegurarles un mejor futuro.

Su hijo de 23 años de edad, quien estudia en la universidad fuera de casa, y su hija de 16 años, quien vive con ella y estudia, tienen la satisfacción de que a pesar del trabajo y compromisos de Anabel, siempre estuvo y estará para ellos.

“Hoy me toca recitar, y se pone a temblar. Pido permiso para estar en su festivales y demás actividades. Mis hijos tienen ese recuerdo, que cuando me necesitaros allí estuve”, dijo.

Y al igual que la mayoría de las trabajadoras, éste es el día a día de Anabel.

“Un día para mi es el siguiente: desde que nos levantamos nos bañamos, preparamos tortas para llevarnos; llego al trabajo que es de 7:00 a 3:30 de la tarde; regreso a la casa, preparo la comida y después de eso planear las labores de la casa y preparar nuestras cosas para el día siguiente”,dijo.

Para las mamás sus hijos siempre serán una bendición; pero ¿qué piensan ellos?

“Mamá, te doy gracias por todo el sacrificio que has hecho por mí y por estar conmigo en las buenas y malas… Mi reconocimiento, mi gratitud hacia ella… Gracias por la vida, mamá, te amo… Para mí es el mejor regalo que Dios me pudo dar; tal vez no soy la mejor hija del mundo, pero ella es mi mejor ejemplo a seguir… Lo que le diría a mi mamá se reduce a una sola palabra: gracias… Le diría gracias por darme la vida y por apoyarme”.

Las palabras no alcanzarían para agradecer y bendecir a nuestras mamás que todos los días cumplen su promesa de cuidar de nosotros. Desde que somos niños, cuando crecemos, y hasta cuando somos adultos y nos separamos de ellas para formar nuestra propia familia, las mamás siempre están pendientes de nosotros.

Felicidades a todas las mamás; felicidades y gracias por sus desvelos, por sus sonrisas, por su protección, por tanto amor, porque sabemos que ser mamá nunca fue ni será fácil, pero cada una de ustedes ha sabido serlo y se ha esforzado cada día por tratar de ser la mejor mamá del mundo.

-Denise Luengas

Twitter: @denise_sri

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