04 de mayo. Rojas, amarillas, blancas y fucsia, entre otros, son colores que caracterizan a la pitaya; pero lo que no cambia es su sabor, que se ha definido como un manjar para los dioses.
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El de la pitaya es tal vez el más mixteco de los sabores. Este fruto es considerado por muchos como exótico; un fruto que no todas las entidades de nuestro país tienen la fortuna de poseer para deleite del paladar de sus habitantes; pero incluso en el estado de Oaxaca son pocas las zonas donde se produce este fruto, y donde sus habitantes tienen el privilegio de cortarlo con sólo salir al patio de su casa.
La pitaya ha tenido tal aceptación que incluso se ha establecido la denominada Ruta de la Pitaya, integrada por las comunidades de Santiago Chazumba, San José Chichihualtepec, Santo Domingo Tianguistengo, Santa María Camotlán y Huajuapan de León.
Esta fruta se desarrolla adecuadamente en climas secos; por tal motivo, los cambios climáticos extremos como las lluvias o granizadas pueden poner en riesgo su producción.
La presidenta municipal de Santa María Camotlán, Mireya Gómez Vásquez, aseguró que este producto ha sido una bendición para los habitantes de ese municipio, pero éstos han tenido que batallar con diversos factores. Actualmente se trabaja en el tema de la capacitación de los productores, para logar la calidad que permita la exportación del producto.
“Estamos implementando la capacitación a productores para el manejo del pitayo, y de esta manera buscar la calidad del producto, y de esta manera exportar a Oaxaca, México y Estados Unidos”.
Dijo que el costo de este fruto por bote va de los 700 a 800 pesos; tan sólo cinco pitayas tienen un costo de 100 pesos, es decir la pieza se comercializa hasta en 20 pesos, dependiendo de la época del año y de la producción.
“Los productores son afortunados, porque es un buen ingreso en este mes de mayo, además los ciudadanos valoran el costo del producto”.
Los cambios climáticos no son la única amenaza para la producción de la pitaya; otro factor que incide de manera negativa es el crecimiento poblacional, pues la expansión de los espacios habitacionales han provocado que muchas plantas se corten.
“Con el paso del tiempo esos pitayos han perdido su valor; se han podado, los han cortado por las construcciones dentro de la misma población”, dijo.
Por su parte, la presidenta municipal de Santiago Chazumba, Delia Irene Castro Rivera, manifestó que la temporada de la pitaya, que abarca los meses de abril y mayo, representa una oportunidad para que los productores de la cabecera municipal y de sus agencias obtengan importantes ingresos económicos por la venta de este producto nativo de la región Mixteca. Entre las agencias que se benefician en esta temporada mencionó a Santo Domingo Tianguistengo, Santa María Acaquizapan, Olleras de Bustamante, San Sebastián Frontera, San José Chichihualtepec, Trinidad Huaxtepec, Lunatitlán del Progreso y San Juan Nochixtlán.
“El municipio completo tiene una producción de dos mil 400 toneladas de pitaya, de tal forma que esto representa para todos los productores una gran ayuda económica; aún cuando el periodo es corto, representa mucho en su economía”, comentó.
Castro Rivera manifestó que en los últimos años se ha logrado generar una mayor producción de pitaya para su comercialización a nivel local, nacional e incluso internacional, gracias al apoyo gubernamental, pero también la aportación de los pobladores de la zona.
Mencionó que además la realización de la primera Feria de la Pitaya, realizada en 2017 con el apoyo de dependencias gubernamentales y la promoción a través de los medios de comunicación y redes sociales, se tuvo un mayor impacto en la comercialización de este producto, logrando además generar derrama económica de manera indirecta a otros sectores de esa comunidad, a través de la llegada de visitantes a Chazumba.
“Anteriormente había un reconocimiento de la producción de la pitaya, pero sólo para una agencia que era la que se dedicaba más al cultivo de la pitaya, que es Tianguistengo, comunidad que tienen más de 40 años celebrando esa feria, y por lo mismo tenían producción, no tanto como ahora. A partir de hace ocho años que hubo más impulso a la siembra de los pitayos es cuando crece la producción, y hoy estamos teniendo una producción mayor que hace tiempo”, comentó.
La munícipe informó que la Segunda Feria de la Pitaya se realizará en Santiago Chazumba los días 5 y 6 de mayo. En ella se mostrará la calidad de la pitaya producida en esa comunidad, pero también su gastronomía, su riqueza cultural y natural, por lo que se espera que el arribo de visitantes no se limite únicamente a este evento.
“Si el año pasado fue y generó grandes expectativas, hoy tenemos ya una meta: que no solamente sea el tema de la pitaya, sino demostrar qué es lo que tenemos en Chazumba para todos los visitantes. Ahora participan otras comunidades como Huajuapan, y esperemos que para el próximo año se unan más comunidades”, comentó.
Castro Rivera, expresó que con las actividades que realizan esperan tener la visita del gobernador del estado, Alejandro Murat Hinojosa, lo que de concretarse daría realce a las actividades que diferentes comunidades de la Mixteca realizarán durante esta temporada en torno de la Feria de la Pitaya, y permitiría además fortalecer la economía de los pueblos de la zona, que tienen en la comercialización de este fruto una de sus fuentes de ingresos más importantes del año.
En una región con tantas carencias como la Mixteca, donde las posibilidades del campo son limitadas, la producción de la pitaya representa una alternativa importante para sus habitantes; pero no sólo por los ingresos que genera su venta directa durante la temporada de abril y mayo, sino también por las posibilidades de industrialización en que algunas comunidades ya están incursionando.
Pero sea fresca, en una paleta, en mermelada o ate, o en licor, la pitaya es un manjar en forma de fruta que los pueblos mixtecos tenemos la fortuna de disfrutar.
-Denise Luengas