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EDITORIAL. La pelea por el hueso

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16 de febrero. “La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir”.

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Aunque esta frase fue acuñada por Jacques Bénigne Bossuet, un destacado clérigo, predicador e intelectual francés de fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII, defensor de la teoría del origen divino del poder para para justificar el absolutismo de Luis XIV, tiene vigencia hasta nuestros días.

En nuestro país, quienes dirigen los partidos políticos parecen guiar su actuación por esta frase. ¿Y qué decir de Huajuapan? En nuestra ciudad las asambleas y convenciones de delegados convocadas para elegir a quienes los representarán no avanzan por una simple y sencilla razón: la disputa del poder.

Y esto sucede “hasta en los mejores partidos”, o al menos quieren venderse como tales. Tan solo un ejemplo es el caso del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), que la semana pasada suspendió sus asambleas convocadas en diversos puntos, argumentando que no existían las condiciones necesarias para realizarlas, a pesar de que las demás corrientes del mismo partido aseguraron todo lo contrario.

Los intereses salen a flote, y las elecciones internas se realizan a modo de quienes dirigen los partidos, a pesar de que han anunciado una enorme cantidad de métodos y maneras para seleccionar a sus candidatos, asegurando que serán los mejor posicionados, y que de esta manera se fortalecerá la unidad interna y se evitarán los divisionismos.

Ya sea a través de encuestas, por designación (o sea, el clásico “dedazo”), o mediante asambleas para elegir a los mejores candidatos, tal parece que los actores no son capaces de lograr acuerdos, pues todos quieren asegurar la posibilidad de una curul o de un espacio en los ayuntamientos. Nadie quiere quedar fuera de la foto, y por ello surge una enorme cantidad de aspirantes que se inscriben ya no para obtener la candidatura, sino al menos para estar en posibilidades de reclamar una regiduría, o ya de perdida una dirección. De lo que se trata es de “estar en la jugada”, rogando a Dios (o mejor dicho, a quienes toman las decisiones en los partidos) que les echen una miradita y los ubiquen donde puedan aplicar aquella sentencia de muchos políticos, que dice: “No mes des, nomás ponme donde haya”.

El comportamiento de muchos de quienes aspiran a ocupar un cargo de elección popular suele ser grotesco, pero más aún la manera en que los partidos resuelven sus asuntos, pues aunque los métodos cambien, la esencia de la designación de los candidatos sigue siendo la misma. La selección de los candidatos muchas veces termina siendo “más de los mismos”, a pesar de los esfuerzos por simular contiendas internas en las que prevalezca la equidad entre los aspirantes a cargos de elección popular.

Pero no se trata sólo de los partidos: en esta simulación han caído algunos de los que en su momento se dijeron decepcionados del partido en el que militaban y después de una fracasada aventura a través de una candidatura independiente, hoy regresan como el hijo pródigo a pedir perdón y a tratar de ser incluidos en una planilla, como ocurrió en Huajuapan.

Pero también se sigue dando el caso inverso: el de quienes haciendo alarde de sus dotes chapulinescas han brincado de partido en partido, y al no obtener la candidatura anhelada, se declaran “independientes”, aunque les resulte difícil sacudirse de la etiqueta de sus padrinos políticos.

Por cierto, en la elección municipal de 2016 quedó demostrado que el hecho de que un aspirante a una candidatura logre reunir la cantidad de firmas que se requieren para que obtenga su registro no garantiza en lo absoluto que en las urnas reciba al menos el mismo número de votos.

En esa ocasión los cuatro candidatos independientes que aspiraban a la Presidencia Municipal de Huajuapan reunieron al menos al mil 111 firmas de apoyo, necesarias para su registro, pero ninguno de ellos se acercó siquiera a esa cantidad de votos: el que mayor votación obtuvo llegó apenas a los 688 sufragios, mientras que el que menos obtuvo apenas contabilizó 138.

De lo que no estamos seguros es de que, llegado el momento, y tomando en cuenta que en la elección municipal que llevó a la Presidencia Municipal a Manuel Martín Aguirre Ramírez la diferencia fue de sólo 11 votos con respecto de Jaime Silva Hernández, no sería de extrañar que en la recta final los partidos echen mano de “la chiquillada” y de los candidatos independientes, endulzándoles los oídos con el canto de las sirenas, para que inclinen la balanza a su favor, pues está claro que, hoy más que nunca, con un solo voto se gana o se pierde.

Por lo pronto, hoy empieza una pelea encarnizada por el “hueso”, aunque a esta alturas es impredecible quién lo obtendrá.

Pero para no salirnos del terreno de la sabiduría popular, hoy más que nunca parece tener vigencia la frase que dice: “La política es el arte de obtener el dinero de los ricos y el voto de los pobres, con el pretexto de proteger a los unos de los otros”. ¿O no, señores precandidatos?

Un comentario

  1. Huajuapeño /

    Por cierto donde anda Oscar el psicólogo que al igual que los otros candidatos “independientes” como el cara de chayote y el dementé de Villagomez golpeador de mujeres solo querían “algo” de dinero pues nomas hicieron el ridiculo y que decir del estafador de Cantoral no sacaron nada de votos…pero ahora donde están ??? Ah ya..se les murió el “amor por huajuapan” dementes estos

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