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REPORTAJE. “Para todo mal, mezcal…”

MANUEL

22 de diciembre. “En este mundo terrenal, es oro líquido el mezcal”. Y qué mejor si el agave es producido en Rancho Alfaro, en el municipio de Silacayoapan.

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Manuel González García, representante legal El Viejo Manuelón, refiere que el mezcal de esa zona de la Mixteca es elaborado con agave de Espadín. El sabor noble y el aroma armonioso que caracteriza la marca es el resultado de la elaboración artesanal y el proceso tradicional que han aplicado durante tres generaciones los integrantes de la familia González.

Para que El Viejo Manuelón hiciera válida la expresión popular (“es oro líquido el mezcal en este mundo terrenal”) tuvieron que pasar muchos años. La aventura la inició don Maurilio González, abuelo de Manuel, en Guadalupe del Palmar, un verdadero “pueblo fantasma” perteneciente al municipio de San Lorenzo Victoria, quien empezó a elaborar de manera artesanal el “néctar de los Dioses”. Pero fue hasta la segunda generación, cuando Manuel González Burgoa inició con una pequeña fábrica en Rancho Alfaro, lo que le permitió sacar adelante a sus 10 hijos, quienes más tarde se encargarían no solo de producir y vender el mezcal en Silacayoapan y Huajuapan sino también de buscar que fuera conocido y lograra posicionarse en otras entidades de nuestro país, e incluso en el extranjero.

La tercera generación, representada por los hermanos Maurilio, Manuel y Germán González García, trabaja arduamente desde hace cuatro años para cumplir el sueño de don Manuel, su padre, mejor conocido por ellos como El Viejo Manuelón.

MEZCAL

Es precisamente uno de los tres hermanos, Manuel, quien refiere cómo surgió en el año 2007 el nombre que identifica su marca de mezcal:

“Mi papá estaba más alto que yo, media 1.80, y le decían Manuelón; él se llamaba Manuel, pero por lo alto entonces le pusieron ese sobrenombre. Un sobrino le dijo a mi hermano ‘ponle al mezcal Viejo Manuelón’, y así lo registramos”.

Pero cumplir el sueño de posicionar su mezcal en el mercado nacional e internacional no ha sido nada fácil, primero porque los tres hermanos tuvieron que regresar de California, lugar a donde habían emigrado hacía más de 30 años, y donde se dedicaban a trabajar en el campo.

Ya en su tierra natal, a cuatro años de dar seguimiento formal al sueño de su padre, Manuel comenta con orgullo que han logrado posicionar su producto no solo a nivel local, sino también nacional e internacional, pues “El Viejo Manuelón” se comercializa en algunos restaurantes de la Ciudad de México y en países como Estados Unidos, Italia, Jordania, Bulgaria, Israel, España e Inglaterra, Los hermanos González García están en tratos para la firma de convenios que permitan la venta del producto en Tijuana, Suiza, Portugal y Francia; próximamente “El Viejo Manuelón” se empezará a vender en un minisúper de Huajuapan. En algunos países este mezcal es comercializado a través de la marca Ivanez y Dova.

Manuel González asegura que para posicionar la marca del mezcal creado por su abuelo y su padre, ha asido necesario trabajar con mucho empeño. Y como todo buen mezcalero, asegura que el mezcal “es un bálsamo que cura las dolencias del cuerpo y del alma”.

La producción del mezcal requiere de un trabajo arduo “de sol a sol”, lo que no es fácil.

“Es levantarse desde las cinco de la mañana hasta la seis o siete de la noche, diario. Hay cuatro trabajares que se paran desde las tres y media de la mañana hasta las dos o una de la tarde; hay otras seis personas que nos encargamos de cortar el maguey, carriarlo, pesarlo y meterlo para cocerlo, y sacarlo para almacenarlo; para que los destiladores hagan su trabajo, tengo dos cuadrillas”

Refirió que para la producción de “El Viejo Manuelón” se utilizan las variedades de agave denominadas Espadín, Papalomé, Maguey Mexicano y Pulquero Azul. Actualmente cuentan con 70 mil plantas en proceso demaduración, además de tener viveros donde se crían los “hijuelos” para seguir reproduciéndolas.

Manuel refiere que aunque este trabajo puede ser muy complicado, a él y a sus hermanos les deja la satisfacción de haber creado 10 empleos directos y están en vías de crear otros 20 empleos para apoyar a sus paisanos.

Y como dice el dicho, “al mal tiempo, buena cara”; o mejor dicho “Para todo mal, mezcal; y para todo bien, también; y si no hay remedio tiene que ser litro y medio”. O como lo expresa Manuel:

“Para todo mal, mezcal; para todo bien, también; pero yo digo que si es de El Viejo Manuelón es mejor”.

Y es que asegura que existe una gran diferencia entre su mezcal y otras marcas que se venden en el mercado, ya que “El Viejo Manuelón” es totalmente orgánico.

“No se pone químico; dejamos su fermentación, la dejamos a lo natural, que llegue al punto de maduración; le damos una doble destilación. Estamos poniendo maguey maduro, y en el pelado lo dejamos verde; tenemos la certificación orgánica, que no tan fácil la consiguen”, dijo.

Manuel comenta que ha recibido no solo el apoyo del resto de sus hermanos, quienes viven en la Unión Americana, sino también del gobierno, el cual los ha apoyado con más de dos millones de pesos que han utilizado para infraestructura y maquinaria.

Pero más allá de ver algún día una empresa exitosa y totalmente consolidada, Manuel asegura que su satisfacción más grande será ver el nombrede su padre en todo el mundo, como él decía; porque aseguró que este trabajo lo hace por un solo motivo: cumplir el sueño de su padre y cumplir su promesa de posicionar su marca.

“Le prometí que esto se llegaría a realizar; tengo muy presentes sus palabras cuando dijo a un amigo ’Me siento tan contento de lo que están haciendo mis hijos, que mi nombre anda regado en el mundo’. Se me quedó grabado muy adentro, y por eso regresé de Estados Unidos después de 35 años”, dijo.

Manuel y sus hermanos están convencidos de que podrán cumplir cabalmente la promesa que le hicieron a su padre:

“Que le voy a cumplir; y gracias a quienes se lo están llevando a otros países para que se conozcan la marca de El Viejo Manuelón”, dijo.

El mezcal, néctar que vio la luz en tierras oaxaqueñas, y que hoy es conocido en todo el mundo, gracias al trabajo diario de familias como la de los González García, que se mantienen fieles a la tradición heredada de sus ancestros, y siguen lo produciendo a través de procesos artesanales, sin caer en la tentación del uso de químicos, como algunas empresas contra las que tienen que competir.

Pero el mezcal no sólo deleita el paladar y genera empleos para un gran número de familias oaxaqueñas; también ha realizado ingeniosas aportaciones al habla popular, a través de expresiones como las siguientes: “Cuando tus consejos sepan a mezcal, los tomaré”; “Para celebrar, sólo mezcal haz de tomar”; “Quien mezcal no ha bebido, no ha vivido”; “Dando y dando, mezcal tomando”; “Mezcalito a punto de veneno, mezcal del bueno”; “Para tomar mezcal, sólo hay dos razones: porque sí, y ¿por qué no?”

Porque, como parafrasea Manuel González, “Para todo mal, mezcal; y para todo bien, también; y si es de El Viejo Manuelón, ¡es mejór!”

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