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R E P O R T A J E: La elaboración de teja una tradición de Silacayoapilla para la Mixteca

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01 de agosto. Herramientas de trabajo artesanales y las manos mágicas han sido esenciales para los antiguos habitantes de San Jerónimo Silacayoapilla, quienes sin saberlo han logrado edificar construir y adornar algunas casas de la región.

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Y es que en este municipio de San Jerónimo Silacayoapilla, se encuentra un barrio llamado Tejaltitlán, cuyo nombre se origina porque la mayoría de sus habitantes se dedicaban a elaborar teja y ladrillos.

Aunque en la actualidad este noble oficio ha ido desapareciendo, aún existe la familia Ríos Zedillo quienes se niegan a que desaparezca este noble oficio que les ha dado el sustento para que sus hijos a tener una vida mejor.

Inocencio Ríos Zedillo, de 84 años de edad, recuerda que fue su padre Lorenzo, quien le enseño la elaboración de la teja, desde que tenía aproximadamente 10 años, y desde entonces no ha dejado de trabajar.

Aprendió desde pequeño a distinguir que la tierra de color amarillo es para ladrillo, y para la elaboración de teja es negra, materia prima extraída del municipio de San Jerónimo Silacayoapilla.

Asegura que él, así como sus hermanos Urbano e Ismael, son los únicos que elaboran la teja en la región Mixteca.

“Había uno que se llamaba Gonzalo Ríos, era pariente de nosotros; Paulino Zedillo, se podría decir que sus hijos lo ayudaban; Refugio Pacheco, igual tenía muchos hijos y juntos la hacían”, recordó.

Aunque algunos hijos de Inocencio no quisieron aprender el oficio, pues decidieron estudiar, otros emigraron a Estados Unidos o decidieron trabajar en Huajuapan.

Pese a esta decisión Inocencio junto con sus hermanos han decido seguir con esta tradición que caracteriza al municipio.

Y en sus palabras y mirada puede reflejar lo orgulloso que siente realizar este trabajo, pues asegura que todos los días se sienta bajo un árbol con cien años de vida para realizar la teja, primero revuelven el barro con sus pies, posteriormente le agregan excremento de burro, y con una pala nuevamente revuelven. En seguida, acude a su choza en donde empieza hacerla, para ello, tiene tres moldes de diferente medida, hechos de madera de encino.

Al finalizar, las tejas son expuestas al sol, por unas horas, y al juntar la cantidad que le solicitan, que puede ser uno o dos millares, las empieza a colocar en uno de los dos hornos que tiene, hechos de barro y ladrillo, utilizando leña para quemarlos.

Orgulloso continua hablando sobre el proceso, asegurando que una vez que la teja esta quemada se deja enfriar, sin sacarla del horno, por tres días, y asegura que después de esto la teja esta lista para vender.

Actualmente dice que la leña que utilizan se ha terminado, misma que cortaban en lugares permitidos por la autoridad comunal, y que ahora la tiene que comprar.

Por ello, decidieron comprar unos quemadores eléctricos que utilizaban aceite, sin embargo empezaron a disminuir su producción. Hasta desintegrarse el grupo de sus familiares que estaba a cargo.

“Se acabó la leña de aquí de la montaña y ahora la compramos, al principio nos la daban barata, pero ahora ya es muy cara, ahora ya la dan como dos mil la carrada, un carro de leña diríamos, que le alcanza para una hornada”, señaló

Ríos Zedillo dijo que hace aproximadamente 30 años el millar de teja valía 30 pesos, y actualmente lo vende en 3 mil pesos.

Así también que han acabado con tierra que utilizan, misma que extraen en el terreno donde trabajan, por lo que la traen de otro predio.

“Ahorita ya la empezamos a comprar, por acá abajo esta un señor, que tiene sus terrenos y tiene mucho barro, con esto es menos lo que se gana”, refirió.

Recordó que antes prestaban sus hornos con otras personas para la elaboración de la teja, y a cambio les daban un poco de lo que quemaban.

“Antes si, venían a buscar trabajo, les rentábamos los hornos y pagaban con el mismo trabajo, por el millar de teja daban 100 o 200”, reveló.

Mencionó que anteriormente había intermediarios para que se pudiera vender la teja, los cuales eran originarios del municipio de San Jerónimo Silacayoapilla, y que actualmente llegan directamente las personas a comprar.

“Papaultla, San Marcos Arteaga, San Pedro Siniyuvi, Santiago Cacaloxtepec, todos los pueblos cercanos a Huajuapan, Chilixtlahuaca, Ayuquililla, en el estado de Puebla venían a traer los de Chila de las Flores, esos venían a comprar aquí”, recordó.

A pesar de tantos años en la elaboración de las texas don Inocencio se rehúsa a dejar este trabajo pues asegura es parte de su vida y su formación, por lo mencionó que hasta el último día de su vida dejara su oficio.

El señor Inocencio, dijo que sus hijos le han dicho que ya dejará de trabajar, pero él siempre responde que lo hace para estar sano, pues de quedarse sentado y dejar de lado lo que hace solo terminaría enfermándose.

San Jerónimo Silacayoapilla así como su gente han demostrado por que en los municipios existe una enorme riqueza y legado, porque aquí la elaboración de teja es una tradición de Silacayoapilla para la Mixteca.


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