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E D I T O R I A L: La costumbre hace ley

SRI-8

06 de julio. La vida no es más que un tejido de hábitos y por ello ante la falta de una verdadera aplicación de justicia, ha dejado la puerta libre para que en Huajuapan y la Mixteca, la delincuencia tenga a su libre antojo realizar las acciones en contra de la ciudadanía, sin importarle sea de día o de noche.

Y es que en los últimos días, se ha dado a conocer la injerencia de elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) en participar en actos delictivos, o formar o tener el liderazgo de bandas delictivas que realizan asaltos en tramos carreteros, negocios o establecimientos, teniendo por otro lado la protección de funcionarios corruptos.

Lo que era un secreto a voces hace unos días, ahora ya se ha comprobado, que algunos elementos de esa corporación y otras más, manchan la imagen de las dependencias encargadas de impartir justicia, o brindar seguridad a la ciudadanía, sin duda es lamentable, pero es más lamentable que los altos mandos o los funcionarios estatales, no actúen de fondo para acabar con ese sistema que le cuesta miles de pesos a la ciudadanía, o simplemente hechos delictivos que se queden en la impunidad.

Es importante que se retomen las riendas de las instituciones de seguridad y justicia, para poner orden en estas instituciones que poco a poco han perdido credibilidad y confianza de la ciudadanía, por malos elementos, quienes únicamente han buscado en esos espacios beneficios personales o grupales, sin importar manchar la imagen de una corporación, mucho menos defender a la ciudadanía.

Si bien la llegada de Rubén Vasconcelos Méndez, a la Fiscalía General del Estado (FGE) despertó altas expectativas en los diputados locales, pero también en el sector empresarial, así como una gran parte de la ciudadanía, con el discurso de acabar con la corrupción, malas prácticas existentes en la Fiscalía, así como en las regiones, esto ha motivado a que los propios elementos echen abajo su discurso de acabar con la corrupción, y dejado al descubierto que los elementos han sido solapados por años por sus propios jefes, o simplemente se hacen de la vista gorda.

Es por ello, que lejos de discursos vanos, el gobierno debe actuar para frenar la delincuencia, limpiar las corporaciones para recuperar con acciones la credibilidad de la ciudadanía, ya que tal parece que lejos de aplicar el estado de derecho, se aplica la ley del más fuerte.

Y es que la corrupción, sin duda es el arma más poderosa utilizado por muchos funcionarios, en complicidad con la ciudadanía para lograr un favor, y pese a que sean culpables, el dinero puede lograr cambiar la sentencia o dictámenes en muchos sentidos, inclusive a favor del presunto responsable, o dicho de la manera coloquial, del vil delincuente.

Por esa razón, no basta con discursos que logran el aplauso fácil, se requiere de acciones para acabar con esos actos de corrupción, que han permitido que pequeños grupos al amparo del poder a cambio de dinero, obtengan beneficios para estar cometiendo actos ilícitos, apoderarse de tierras sin ningún miedo, y lo peor de todo pasearse como Pedro por su casa, porque la ley no se aplica.

Sin duda es lamentable la situación que atraviesan las dependencias encargadas de impartir justicia y seguridad a los ciudadanos, pero seguirá siendo más lamentable si se siguen permitiendo ese tipo de prácticas con el permiso o la bendición de funcionarios corruptos, ya que lejos de avanzar en el tema de seguridad, los ciudadanos se vuelven ovejas al acecho del lobo, dicho en otras palabras, estamos durmiendo con el enemigo.

Por eso hoy es importante que las prácticas mal acostumbradas se vayan terminando, pero esto no será sin la voluntad de las propias autoridades quienes permiten muchas ocasiones la violación al estado de derecho. Es el momento de no sigan ejercitando el musculo de la corrupción porque hay que recordar que la costumbre hace ley.

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