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EDITORIAL. La mula no era arisca…

SRI-8

31 de marzo. Hace unos días el regidor de Seguridad Pública del Ayuntamiento de Huajuapan, Agustín Vargas Ramírez, anunció que este fin de semana se reanudará el programa denominado “Conduce sin Alcohol”, mejor conocido como “Alcoholímetro”, y que dicho programa será de carácter permanente.

El funcionario aseguró que el objetivo del programa es evitar accidentes y salvar vidas, y no sólo obtener recursos económicos a través de la aplicación de multas a quienes sean sorprendidos en estado de ebriedad conduciendo un vehículo de motor.

Pero aún no siendo el más importante, el carácter recaudatorio del programa no es un asunto menor, ya que el monto de las multas que se aplicarán es de 2 mil 500 pesos, sin contar los gastos de arrastre y resguardo de los vehículos en los corralones.

Por cierto, las únicas empresas autorizadas por el ayuntamiento para realizar estas maniobras son “Grúas Alejandro” y “Grúas Balbuena”, que fueron las que participaron y cumplieron con los requisitos establecidos en la convocatoria emitida por el ayuntamiento para tal efecto.

De entrada el anuncio de la reanudación del “alcoholímetro” es una buena noticia porque su aplicación en Huajuapan ha logrado reducir los índices de accidentes automovilísticos provocados por el alcohol, según la percepción de los cuerpos de rescate y auxilio; sin embargo también representa un reto para las autoridades municipales, porque no son pocos los ciudadanos que ven con desconfianza este programa.

Y es que muchos recuerdan que durante la pasada administración, cuando este programa se aplicó de manera permanente, fue objeto de numerosos cuestionamientos que iban desde los señalamientos de tráfico de influencias, pasando por las extorsiones a los conductores y la aplicación selectiva de los arrestos y las multas.

En el primer aspecto fue muy sonado el hecho de que el arrastre de los vehículos lo realizaban las unidades de la empresa “Grúas Pepe”, cuyo propietario es un hermano del entonces presidente municipal. Por otra parte, no fueron pocos los casos de conductores que aseguran que se libraron de pasar la noche en los separos y de pagar la multa, gracias a que en el camino los funcionarios policiacos que los trasladaban al Cuartel de Santa Rosa los convencieron de “arreglar el asunto” mediante la clásica “mordida”.

Pero no menos sonados fueron algunos casos de conductores que, a pesar de que rebasaban los límites permitidos de alcohol en la sangre, no fueron arrestados, o incluso fueron rescatados de los separos gracias a sus influencias y a su amistad con algunos integrantes del ayuntamiento. Uno de estos casos llegó a niveles de escándalo cuando en abril de 2016 los mismos elementos de la Policía Municipal denunciaron que los regidores Elizabeth Herrera Hernández, Fidel Ángel López González y Marco Antonio Estrada Bautista, quienes se encontraban en aparente estado de ebriedad, ingresaron al Cuartel de Santa Rosa, amenazando, insultando al personal de guardia y obligándolo a poner en libertad a un conductor ebrio que había sido detenido en el “alcoholímetro”.

Por cierto que el episodio tuvo un mal final, porque los regidores acudieron al corralón para liberar el vehículo y entregarlo a su amigo, pero con tan mala fortuna que horas después éste volvió a ser detenido, aunque esta vez fue puesto a disposición del Ministerio Público porque chocó contra un vehículo estacionado en el contorno del Parque Independencia. Como en muchos otros casos ocurridos en la pasada administración, se echó tierra al asunto y nadie recibió una sanción.

Por casos como éste los ciudadanos han tomado con reservas el anuncio de la reanudación del “alcoholímetro”. No es porque no conozcan las consecuencias lamentables y en muchos casos fatales de la irresponsabilidad de personas que conducen un vehículo de motor cuando han ingerido bebidas alcohólicas, sino porque ponen en duda que este programa se aplique de la manera correcta, sin abusos ni privilegios.

Son muchos y de sobra conocidos los accidentes que se han registrado en esta ciudad o en las inmediaciones de la misma, y cuya causa ha sido el estado de ebriedad de los conductores de los vehículos. Muchas vidas, sobre todo de jóvenes de ambos sexos, se han perdido por esta causa; y también vidas de personas inocentes que tuvieron la mala fortuna de cruzarse en el camino de un conductor alcoholizado.

Por otra parte, muchas personas más han sufrido una discapacidad permanente o han tenido que someterse durante mucho tiempo a intervenciones quirúrgicas, tratamientos y terapias complicadas, dolorosas y muy caras, que les han dejado secuelas permanentes.

Y muchos conductores han tenido que gastar muchos miles de pesos para pagar los daños materiales, los costosos tratamientos médicos de las personas lesionadas en los accidentes de este tipo, las indemnizaciones a los familiares de las víctimas de los mismos, sin contar los honorarios de los abogados que han tenido que contratar. Cuando enfrentan esta situación es cuando se arrepienten de no haber tomado un taxi para que los condujera a su domicilio, o de no haber aplicado la práctica del “conductor designado”.

No podemos dejar de mencionar que, como ocurre en otras ciudades del país, en Huajuapan se han creado grupos de whatsapp creados para advertir a los conductores ebrios la ubicación del “alcoholímetro”. Para algunos pudiera ser motivo de orgullo poder burlar o ayudar a que otros burlen la aplicación de la ley; pero ni unos ni otros caen en la cuenta de que al hacerlo posiblemente estén permitiendo que una o varias personas pierdan la vida o sufran lesiones graves por causa de un conductor alcoholizado… y que alguna de esas víctimas inocentes sea un familiar o un amigo suyo.

La reanudación del programa “Conduce sin Alcohol” representa para el ayuntamiento la oportunidad de evitar accidentes y pérdidas de vidas humanas; pero también es un reto, pues tendrá que aplicar el “alcoholímetro” con absoluta transparencia, sin abusos, sin privilegios, sin influyentísimos ni actos de corrupción. Sólo así podrá recuperar la confianza de los ciudadanos en este programa, pues las autoridades municipales no deben olvidar que “la mula no era arisca, la hicieron los palos”.

Un comentario

  1. Huajuapeño /

    La radio también tiene su precio al igual que todos los periodistas, este medio cree que no nos damos cuenta que para seguir teniendo el morbo de la gente que consiguen con hablar mal de las administraciones aumentan el «rating» pero desde hace un tiempo y de manera «coincidentes y sospechosa ni Horacio corro habla mal de este ayuntamiento, ellos nos creen tontos pero nos damos cuenta que QUIEREN SEGUIR HABLANDO MAL DE UN GOBIERNO pero al no poder hablar mal de este, buscan alternativas y claro ejemplo es el ayuntamiento de Huajolotitlan y por supuesto el anterior ayuntamiento el de Luis de Guadalupe. De vez en cuando dirán algo de este ayuntamiento pero será «tenuemente» nada comparable a lo que siguen diciendo del anterior. Si no me creen pongan atención. Con ellos nos damos cuenta que TODO TIENE SU PRECIO…verdad Denisse ?

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