EDITORIAL. …Y la sopa se cayó

09 de septiembre. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación enmendó la plana al del estado de Oaxaca, al revocar la sentencia que éste último había emitido con respecto de la elección de concejales en el municipio de Huajuapan, y ratificar la constancia de mayoría expedida originalmente a favor del candidato de la coalición “Juntos Hacemos Más”, Manuel Martín Aguirre Ramírez.

Con esta resolución, aprobada por unanimidad por los tres magistrados de la Sala Regional Xalapa, la moneda vuelve a quedar en el aire, como ha estado desde el mismo día de la jornada electoral, haciendo de éste un proceso inédito en este municipio.

Otra vez vuelven las dudas y la incertidumbre con respecto de quién habrá de gobernar a Huajuapan a partir del primero de enero del próximo año, pues si bien el candidato del PRI-PVEM aparece hoy como ganador, aún falta la última instancia.

Parece difícil que la Sala Superior eche abajo la resolución de la Sala Regional Xalapa y vuelva a dejar como ganador al candidato de la coalición integrada por el PAN y el PRD, Jaime Silva Hernández, pero como se dice en el beisbol, “esto no se acaba hasta que se acaba”, y mientras no se emita la resolución definitiva todo cae en el terreno de lo posible.

La elección municipal de este año ya ha pasado a la historia como la más competida y polémica de las que se han realizado en Huajuapan. Nunca como hoy había existido tanta incertidumbre con respecto de los resultados, ni se habían dado tantas volteretas como las que ya se han registrado.

Por principio de cuentas, lo cerrado de la contienda no permitió conocer los resultados ni la noche de la jornada electoral ni la mañana siguiente, sino hasta casi cinco días después, cuando concluyó el conteo “voto por voto, casilla por casilla”, efectuado en el cómputo municipal. Entonces los números dieron la victoria a Manuel Martín Aguirre por sólo 11 votos de diferencia.

Sin embargo, el candidato del PAN-PRD interpuso dos recursos de inconformidad, mediante los cuales impugnó la sesión de cómputo municipal, la declaración de validez y el otorgamiento de la constancia de mayoría al candidato del PRI-PVEM.

La primera voltereta ocurrió el 4 de agosto, cuando el tribunal estatal nulificó la votación recibida en las casillas 218 contigua 1 y 218 contigua 4, con lo cual los resultados se revirtieron, dando la victoria a Jaime Silva por 45 votos de diferencia. En consecuencia, revocó la constancia de mayoría expedida a favor del candidato priista y expidió una nueva constancia, ahora a favor del abanderado del PAN.

El argumento del tribunal estatal para anular estas dos casillas fue que en la primera de ellas fungió como segunda escrutadora Valentina Gutiérrez Hernández, y en el segundo caso fungió con el mismo carácter la Elvira Aguilar López, sin que ninguna de las dos estuviese inscrita en el listado nominal de dicha sección electoral, por lo que consideró aplicable lo dispuesto en el artículo 76 inciso h) de la Ley de Medios, que establece que “La votación recibida en una casilla será nula (…) Cuando la recepción de la votación fuera hecha por personas u organismos distintos a los facultados por el Código (electoral)”.

Sin embargo, la Sala Regional del tribunal federal dejó en evidencia a los magistrados del estatal, al señalar que si bien el nombre de la ciudadana Valentina Gutiérrez Hernández aparece en el acta de instalación de casilla, no se acreditó que haya fungido durante toda la jornada electoral; pero aunque éste hubiese sido el caso, no sería causal de nulidad porque no son los escrutadores, sino el presidente y el secretario de la casilla quienes intervienen en la recepción de los votos.

En el caso de la ciudadana Elvira Aguilar López, la sala regional estableció que esta persona no aparece en el listado nominal parcial utilizado en la casilla 218 contigua 4, pero sí se encuentra en el de la casilla 218 contigua 1 de la misma sección electoral, porque su apellido inicia con la letra “A”. Dicho de otra manera, que el tribunal estatal no la buscó donde debía buscarla.

No es ésta la primera ocasión que el tribunal federal corrige la plana al estatal, lo que pone en tela de juicio la capacidad o los criterios aplicados por este último. En el caso que nos ocupa, evidencia que los magistrados oaxaqueños no valoraron adecuadamente los hechos y las evidencias.

Con la resolución de este jueves se vuelven a alborotar las aguas políticas en el municipio de Huajuapan. En lo que parece un cuento de nunca acabar, el candidato de la coalición PAN-PRD, Jaime Silva, no parece darse por vencido pues ya anunció que apelará la sentencia de la Sala Regional.

Esto coloca una vez más en la incertidumbre el resultado de la tan cuestionada elección del pasado 5 de junio, pues aunque parezca poco probable aún existe la posibilidad de que la Sala Superior, que es la última instancia, revierta una vez más el resultado… y la espera se puede prolongar hasta el mismo 31 de diciembre, es decir, hasta horas antes de la toma de posesión del nuevo ayuntamiento.

Esta resolución obliga a los actores políticos locales a mover nuevamente sus piezas en busca de espacios en la próxima administración municipal. La “cargada” vuelve a cambiar de rumbo, pues las decenas de funcionarios y empleados de confianza que hasta hace un par de días juraban lealtad eterna a Jaime Silva, con la esperanza de conservar sus puestos en el ayuntamiento, hoy harán lo mismo con Martín Aguirre. Los presidentes de colonia, agentes municipales y de policía, así como integrantes de organizaciones y grupos sociales tendrán que imprimir nuevamente sus escritos de petición, pero ahora cambiando el nombre del presidente electo. Y los integrantes de cada una de las planillas de candidatos volverán a encender las veladoras para pedir a todos los santos que sean ellos quienes integren el nuevo equipo gobernante.

El ahora otra vez presidente municipal electo Martín Aguirre Ramírez debe tomar con humildad y madurez esta nueva resolución, que aunque parece marcar la pauta de lo que podría ser la definitiva, no deja de tener su dosis de incertidumbre.

Lo único seguro en esta inusual contienda electoral es que quien finalmente resulte triunfador y asuma el cargo de presidente municipal el próximo primero de enero tendrá que construir acuerdos con los diversos actores y grupos sociales, en busca de una gobernabilidad que parece prendida con alfileres. Estará obligado a ser incluyente, a gobernar para todos, sin distinciones de ninguna naturaleza, y sobre todo a actuar de cara a la sociedad para recuperar la confianza de los ciudadanos en el gobierno municipal.

Con una victoria raquítica por 11 o por 45 votos de diferencia, según sea el caso, quien finalmente llegue al cargo no podrá darse el lujo de actuar de manera sectaria o excluyente.

Por lo pronto, sea cual fuere el resultado definitivo, esta elección con final de fotografía ya quedó para la historia.

Hace casi un mes, cuando se dio a conocer la resolución del Tribunal Electoral del Estado de Oaxaca que ubicaba a Jaime Silva como ganador, advertíamos que, como dice la sabiduría popular, “del plato a la boca se cae la sopa”. Hoy la sopa se cayó; y aunque parece poco probable, nada garantiza que no se vuelva a caer, ahora del otro lado de la mesa.