Sistema Radiofónico Informativo

E D I T O R I A L: Yo no fui, fue Teté

SRI

24 de junio. ¡Qué fácil es culpar a los demás de nuestros propios errores!

A casi medio año de que concluya su mandato, el presidente municipal Luis de Guadalupe Martínez se quiso lavar las manos y apeló a lo que fue una práctica recurrente en su administración: culpar a otros del resultado desastroso que su partido obtuvo en las urnas el 5 de junio pasado.

En una extensa entrevista transmitida a través de este medio, el presidente municipal negó que los errores de su administración hayan sido un factor decisivo en la derrota del PAN, que es su propia derrota política. Por el contrario, argumentó que dichas fallas sólo existieron para unos cuantos, sobre todo para aquellos a quienes, según su dicho, no quiso pagar para que hablaran bien de él.

No es ésta la primera vez que Luis de Guadalupe Martínez pretende justificar las fallas de su gobierno y sus errores personales culpando a los medios de comunicación que las han documentado ampliamente y dado a conocer. De manera reiterada se ha quejado de un “linchamiento mediático” y ha pretendido descalificar el trabajo de los medios y de los comunicadores argumentando incluso que los periodistas que lo critican o que difunden información negativa de su gobierno lo hacen porque “le tienen envidia”.

Por supuesto que no podemos hablar por los otros medios de comunicación, pero en lo que concierne a éste, ni ahora ni antes nos hemos sentido aludidos por los señalamientos del presidente municipal, a quien en reiteradas ocasiones hemos pedido que señale de manera concreta en qué hemos falseado la realidad o tergiversado los hechos dados a conocer a través de nuestros espacios noticiosos.

Nuestras notas informativas y trabajos de investigación se han realizado con estricto apego a los hechos y están debidamente sustentados. Prueba de ello es que hasta la fecha el presidente municipal no ha podido desmentir ninguno de los señalamientos relativos a su administración; por el contrario, las contadas ocasiones en que ha solicitado el derecho de réplica lo ha utilizado para promover su imagen personal y la de su gobierno, en vez de desmentir el contenido de nuestros trabajos periodísticos.

Luis de Guadalupe Martínez tampoco pudo realizar algún señalamiento concreto en el sentido de que éste medio le haya pedido alguna cantidad de dinero o algún privilegio de otra naturaleza a cambio de hablar bien de él o de su ayuntamiento, o de ocultar sus errores y fallas.

Al insistir en su discurso y culpar de manera general a los medios, sin precisar nombres, de hablar mal de él porque no les quiso pagar, deja en claro que en las postrimerías de su gobierno no tuvo la capacidad de aprender a aceptar sus errores.

Y es que los señalamientos en su contra no fueron exclusivos de los medios de comunicación, pues los errores de su administración dieron paso a críticas y memes a través de las redes sociales, y fueron motivo de señalamientos de muchos ciudadanos que mucho dudamos que hubiesen esperado algún pago a cambio de su silencio o hablar bien del gobierno municipal.

Pero no sólo los medios de comunicación y los ciudadanos dieron cuenta de los errores del ayuntamiento: también lo hicieron algunos de los integrantes del gobierno municipal, incluso emanados del Partido Acción Nacional.

Todo esto se tradujo en que muchos ciudadanos, e incluso parte de la militancia del PAN diera un voto de castigo no al partido, sino a la figura del presidente municipal. Muchas de sus acciones tuvieron un alto costo político y se vieron reflejas en el reciente proceso electoral, en el que el PAN cayó a un tercer lugar como fuerza política en el municipio.

Los errores de la administración municipal fueron tan evidentes que ni todo el dinero del mundo habría sido suficiente para ocultar lo que a todas luces era evidente. ¿Cómo ocultar los excesos, el derroche de dinero, la mala planeación, los engaños, la falta de capacidad de su equipo para dar solución a los problemas, entre otros factores que marcaron su administración?

¿Cómo ocultar el fracaso del reordenamiento vial, las ocurrencias presidenciales, la alteración del dictamen del hemiciclo a Juárez, la ruptura de pavimentos recién hechos, la mala calidad de las obras, el fraude con las despensas, en el que el DIF Municipal se vio involucrado y que por cierto continúa impune hasta la fecha?

¿Cómo ocultar las promesas incumplidas como el reencauzamiento del Río Mixteco, la continuación del Paseo Internacional, la reconstrucción del Libramiento Norte, los bulevares a Vista Hermosa y de la Calzada 5 de febrero al IMSS, los tres puentes vehiculares sobre el Río Mixteco, el Santuario al Señor de los Corazones, la realización de una obra importante cada año en todas las agencias, y la creación de un observatorio ciudadano o consejo consultivo que vigilara “la aplicación y comprobación del gasto público?

¿Cómo ocultar las “obras fantasmas” de las que dio cuenta en sus informes de gobierno, como el Libramiento Sur, el hospital de 60 camas, la construcción de cinco bulevares, la reconstrucción de Libramiento Norte y la construcción de los tres puentes vehiculares, entre otras?

Para acabar pronto, ni Dios Padre ni la Virgen de Guadalupe, de la que el presidente municipal es tan devoto, podrían haber evitado tantos señalamientos, pues los errores de su administración fueron más que evidentes.

Su argumento ante los señalamientos fue siempre que “le pegaban” porque no estaba dispuesto a pagar para que hablaran bien de él, pero nunca desmintió los hechos. ¿Será que el presidente municipal está acostumbrado a resolver todos los problemas con dinero? ¿O por qué su insistencia en el tema?

Como dice la expresión popular, “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. No se pueden seguir cerrando los ojos ante la realidad y tratando de eludir la responsabilidad propia culpando a otros de nuestros errores, en lugar de realizar un análisis serio, buscar las causas de los mismos y tomar las medidas necesarias para enmendarlos o, al menos, para no volver a tropezar con la misma piedra.

Ojalá que al menos en los seis últimos meses de su gobierno el presidente municipal abra los ojos a la realidad, acepte que los ciudadanos lo reprobaron en las urnas y trate de enmendar el camino, al menos en la recta final. Sería lamentable y muy costoso para los ciudadanos que hasta el último día de su mandato siguiera enterrando la cabeza en la arena como los avestruces, o repitiendo la canción infantil que dice “yo no fui, fue Teté, pégale, pégale que ella fue”, o la que popularizó el inmortal Pedro Infante, y que en una de sus partes dice “manda a todos a volar y diles que yo no fui”.

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