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Reportaje: El de lustrador de calzado, un oficio con mucho brillo.

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02 de junio. La historia de Eduardo Sosa Bello es parecida a la de muchos ciudadanos que con trabajo constante salen adelante y con grandes sacrificios logran dar a sus hijos lo que ellos no tuvieron: una carrera universitaria.

Más conocido como “El Calaca” o “Calaquín”, Eduardo Sosa ha dedicado 55 de sus casi 69 años de vida al oficio de lustrador de calzado o “bolero”, actividad que desempeña actualmente en el parque Independencia.

Oriundo de Tezoatlán de Segura y Luna, Eduardo Sosa llegó a Huajuapan siendo aún un niño. Su infancia transcurrió en la calle y prácticamente se formó solo, ya que vivía únicamente con su madre y, según relata, no había una persona que lo metiera al orden, por lo que se dedicó a varios oficios porque no le gustó la escuela.

“No me gustó la escuela, me gustó trabajar; me salía de la escuela, trabaja; yo me crié en la calle. No conocí a mi papa, solo a mi mama, porque siempre trabajaba en la calle así fue mi vida de chico”, dijo.

Entre sus primeros trabajos estaba el de vendedor de gelatinas, de palomitas y de paletas. También se dedicó a bajar las maletas de los autobuses, cuando la terminal de la línea ADO funcionaba en el Cine Beatriz, en el costado sur del Parque Independencia.

Ya adolescente, cuando tenía entre 14 años y 15 años de edad, se inició en el oficio de bolero, en el que empezó a adquirir experiencia.

Algunos de sus antiguos compañeros, los boleros con quienes compartió la actividad en sus primeros años, dejaron de trabajar; otros emigraron a la ciudad de México y otros más murieron. Entre los boleros de aquella época recuerda a uno que era conocido con el sobrenombre de “Cantinflas”, quien era muy callado; otro de sus antiguos compañeros, con quien llegó a tener una gran amistad fue Regulo; otros fueron “El Preso” y “El Gorila”.

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“El Calaca” recuerda que, a diferencia de hoy, cuando los boleros tienen un espacio asignado en el lado norte del Parque Independencia, en aquella época andaban de un lado a otro con sus cajitas de bolear por el centro de la ciudad, y cuando los autobuses ADO se estacionaban en su terminal, ayudaban a los pasajeros a bajar sus maletas y bultos para obtener algunos pesos adicionales como propina.

“Sacaba el periódico de ‘El Periquito’, las películas del Cine ‘Beatriz’. Mucho tiempo estuvo ahí. Antes venían muchos americanos que visitaban Huajuapan, llegaban y hacían el gasto en la ciudad; antes venían muchos gringos y les afectó desde que abrieron la supercarretera, nos perjudicaron. Me querían llevar a Estados Unidos pero no acepte”, dijo.

Con grandes sacrificios, su modesta actividad le ha dado para tener lo indispensable. Con el esfuerzo y los ahorros de muchos años pudo construir su casa; después de tener que ocupar durante mucho tiempo viviendas rentadas, al fin se pudo hacer de su patrimonio.

Algo de lo que se siente orgulloso y agradecido con Dios y con la vida es de haber logrado que uno de sus hijos haya cursado una carrera universitaria y hoy sea un profesionista. Asimismo, una de sus hijas estudia actualmente la carrera de Derecho y sólo le faltan dos años para concluirla.

Reconoce que gracias a su trabajo de bolero ha podido salir adelante, ha hecho muchos amigos y se ha convertido en un personaje popular, al grado que desde hace mucho tiempo los reporteros de diversos medios de comunicación, como periódico, revistas y esta estación de radio los buscan para que les conceda una entrevista.

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Sus problemas con la bebida.

Pero no todo ha sido “miel sobre hojuelas”. El haberse criado sin la figura paterna y prácticamente solo, lo orilló a incursionar en la bebida desde los 12 años de edad, cuando apenas ingresaba a la adolescencia. Esta adicción de ocasionó serios problemas, pero asegura que gracias a quien ahora es su esposa ha logrado hacerle frente.

De tez morena, alto y de figura espigada, “El Calaca” atribuye su popularidad al baile con los matachines, que se realiza todos los años en el mes de marzo, con motivo de la festividad del barrio de San José. Desde hace muchos años baila con su estilo peculiar un matachín que es obsequio de don Aureliano Mora, lo que ha hecho que la gente lo identifique, no sólo las personas adultas, sino también los jóvenes.

Refirió que desde hace muchos años participa en el paseo de los matachines, en el que ha proliferado el consumo de alcohol, por lo que actualmente se intenta concientizar sobre el daño que ocasiona la bebida. Esto le ha ayudado a luchar por controlar su forma de beber.

Al respecto, su esposa Agripina Dominga Fuentes Ortiz recuerda que le resultaba muy difícil llevar a “El Calaca” a un albergue de Alcohólicos Anónimos, pero desde el año 1982 lo ha ingresado por temporadas cuando recae en esa adicción; la más reciente fue hace dos años.

Explicó que es peligroso cuando el enfermo alcohólico tiene varios días de estar tomando y de repente se lo evitan, porque puede entrar en una crisis, por lo que ahora un médico los revisa para que identifique algún posible riesgo.

“Me costó mucho la segunda vez; se lastimo y empecé a meterlo en el año 1982. La última vez fue hace dos años, los tienen encerrados y uno da una cooperación; ya actualmente un doctor los revisa, porque es peligroso porque pueden tener una reacción riesgosa”, dijo.

Eduardo Sosa, el popular “Calaca” relata que se ha tomado fotografías con diversos personajes que han visitado Huajuapan, entre ellos el ahora ex presidente de la República Felipe Calderón, con quien coincidió en una comida a la que fue invitado.

“El Calaca” asegura que desde que recuerda, siempre han existido boleros en Huajuapan. Actualmente las personas que se dedican a esa actividad forman parte de una unión que agrupa a 13 aseadores de calzado boleros.

A pesar de que hoy existe más competencia, “El Calaca” obtiene ingresos de 200 a 250 pesos diarios en promedio, lo que considera “suficiente para vivir”, aunque su jornada de trabajo tiene que iniciarla desde las siete de la mañana y se prolonga hasta las nueve de la noche.

A muchos años de distancia de haberse iniciado en esta actividad, “El Calaca” asegura que el oficio de bolero le ha dado grandes satisfacciones, por lo que piensa seguir desempeñándolo para sacar adelante a su familia, principalmente a que sus hijas concluyan una carrera universitaria.

Por eso, desde que amanece, muchas veces ataviado con traje y corbata, lo que lo hace inconfundible entre los integrantes del medio, “El Calaca” acude diariamente al espacio que ocupa en el Parque Independencia para seguir realizando un trabajo modesto pero digno, que le ha dado lo necesario para vivir, sin lujos pero decorosamente, y convertirse en uno de los personajes típicos del paisaje urbano de Huajuapan: el de bolero, un oficio con mucho brillo.

-Javier Guevara

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