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El sismo de Huajuapan 34 años después

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  24 de octubre. Hace exactamente 34 años la furia de la naturaleza se desató y convirtió a Huajuapan y gran parte de la Mixteca en un páramo de ruinas.

El 24 de octubre de 1980, cuando el reloj marcaba las 8 de la mañana con 53 minutos y 27 segundos, un sismo de 6.5 grados en la escala de Richter sacudió el Distrito Federal y gran parte de los estados de México, Guerrero, Morelos, Tlaxcala, Veracruz, Puebla y Oaxaca.

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De acuerdo con datos del Instituto de Geofísica de la UNAM y del Servicio Meteorológico de Tacubaya, el temblor tuvo una duración de un minuto con 45 segundos y su epicentro fue localizado en “la zona de Tlaxiaco-Huajuapan”, a 17.25 grados latitud norte y 97.98 grados longitud oeste.

Aunque el temblor causó daños de consideración e incluso víctimas en algunas localidades de entidades vecinas, como Acatlán de Osorio, San Pedro Yeloixtlahuaca y Tehuitzingo, Puebla, así como en Huamuxtitlán, Alcozauca, Xochixtlahuaca, Metlatónoc, y Tlapa, Guerrero, la ciudad de Huajuapan de León se ubicó en el centro de la tragedia.

Los primeros informes consignaron 35 mil damnificados en 300 localidades afectadas de la Mixteca, y estimaron en un 80 por ciento los daños a las viviendas en esta ciudad.

De acuerdo con datos aportados por el Dr. Rafael Morales Martínez, en esa fecha regidor del Ayuntamiento de Huajuapan, en esta región se registraron 54 muertos (14 de ellos en la zona urbana) y 368 heridos.

Por su parte, cifras recabadas por el fotógrafo de arte Estanislao Ortiz Escamilla registran 52 muertos, 70 heridos graves, 23 templos dañados, 75 escuelas averiadas, 2 mil viviendas caídas, 300 por demolerse y 5 mil que ameritaron reparaciones.

10478139_719516371465408_1668675138482978667_n En la Monografía del Distrito de Huajuapan, del profesor Telésforo Mendoza Guerrero y en los “Apuntes Histórico-geográficos de Huajuápam” (sic), del profesor Alvaro Acevedo Martínez, se consigna un sismo de gran intensidad ocurrido el 18 o 19 de julio de 1882, el cual provocó el derrumbe de 702 casas, al igual que la torre sur de la catedral, el antiguo Palacio Municipal y la cárcel municipal, aunque sólo se reportaron dos víctimas.

Documentos que existen en el archivo municipal de Huajuapan registran otros sismos de magnitud considerable:

· El del 03 de enero de 1904, que afectó las poblaciones de Tonalá, San Juan Reyes, San Miguel Allende, San Jerónimo Silacayoapilla, Cuyotepeji, Tetaltepec, Ayuquililla, Santo Niño Chochos y Chilixtlahuaca, aunque sólo se reportaron algunos lesionados en Santo Domingo Tonalá.

· El del 09 de marzo de 1908, de tipo oscilatorio, y con una duración de un minuto.

· Y los del 26 de marzo del mismo año, estos últimos “acompañados por ruidos subterráneos” pero los cuales no causaron daños materiales ni humanos.

Sin embargo, en el siglo XX no se registra una catástrofe de mayor magnitud que el temblor del 24 de octubre de 1980, que representó un parteaguas en la historia reciente de Huajuapan, a pesar de que el 15 de junio de 1999 se registró un movimiento de gran intensidad que causó daños de consideración en diversas localidades de las Mixtecas de Oaxaca y Puebla.

El sismo del 24 de octubre del 80 provocó el derrumbe del lado norte del Portal Valerio Trujano, que había sido reconstruido en 1890, así como del mercado “Porfirio Díaz” y el Hotel “Viñas”, que se ubicaba en la esquina de 16 de septiembre y Trujano.

Otros edificios dañados fueron la catedral, los templos de El Sagrario Diocesano, El Calvario, Jesús María y San José, entre otros. Las escuelas “Gral. Antonio de León”, “Teresita Martín”, “General Lázaro Cárdenas” y Secundaria “Benito Juárez”.

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Asimismo, los hospitales de la Secretaría de Salubridad y Asistencia, ubicado en la calle Hidalgo, a espaldas del Palacio Municipal, y Rafael Amador y Hernández, los cuales siguieron funcionando a pesar de haber quedado en ruinas.

De igual forma, el hotel “García Peral” y el cine “Beatriz”, que tuvieron que ser demolidos y reconstruidos en su totalidad; el edificio de Teléfonos de México, el Banco Internacional (actualmente HSBC) y la fachada del panteón 16 de septiembre.

Ni los héroes escaparon a los efectos de la tragedia: la estatua de Remigio Sarabia, el “Indio de Nuyoó”, se derrumbó; la del General Antonio de León y Loyola, primer Presidente Municipal de Huajuapan y héroe de la “Batalla del Molino del Rey”, también resultó dañada; la espada original se extravió y hasta la fecha no se ha recuperado.

Huajuapan, un lugar que hasta ese día pocas personas eran capaces de ubicar en el mapa, se convirtió en noticia de primera plana en los medios impresos y en la nota principal de los espacios informativos de radio y televisión.

El sábado 25 de octubre, un día después del temblor, los principales diarios de circulación estatal y nacional dedicaron sus ocho columnas al sismo: “Fuerte temblor se registró. ¡Huajuapan en ruinas!” (El Imparcial); “Desastre en la Mixteca por el sismo” (Carteles del Sur); “Muertos, heridos y múltiples daños, causó fuerte temblor” (Noticias, Voz e Imagen de Oaxaca); “Tembló en 7 estados y D. F.; 40 muertos en Oaxaca y Puebla. El sismo, de 6.5 grados” (Excélsior); y “60 víctimas en la zona de Huajuapan, arrasada en 85%” (El Universal).

Tal vez el único medio que no difundió la noticia fue, paradójicamente, la radiodifusora local XEOU, denominada entonces “Radio Joya”, que enmudeció al iniciar el temblor y permaneció fuera del aire durante varios días a causa de la interrupción del suministro de energía eléctrica.

Las líneas telefónicas también enmudecieron, aunque en pocas horas se logró restablecer el servicio de larga distancia, mediante la instalación de una improvisada caseta en el parque “Independencia”.

Otro servicio que resultó afectado fue el de agua potable, a consecuencia de las fracturas en las redes de distribución.

En solo unos segundos el paisaje urbano se transformó radicalmente: Huajuapan, la “ciudad callada y dormida como águila entre las peñas” se vino abajo, se desgajó estrepitosamente y adquirió el aspecto de un lugar bombardeado, devastado; los vetustos edificios quedaron reducidos a nada y la ciudad entera se convirtió en un páramo de ruinas, llanto, desolación, destrucción y muerte.

El sismo del 24 de octubre de 1980 partió en dos la historia reciente de la ciudad. Desde esa fecha, Huajuapan se transformó en todos los aspectos: en el urbanístico y arquitectónico significó la pérdida de su fisonomía provinciana y la adopción de un estilo con aspiraciones cosmopolitas; en el demográfico representó un crecimiento acelerado pero anárquico; en el económico, la diversificación de las actividades productivas y el crecimiento explosivo del comercio.

Hoy, a 34 años de distancia, quedan muy pocos vestigios físicos de la tragedia: sólo algunos muros semiderruidos y lotes baldíos. Sin embargo las huellas del temblor perduran en la memoria y en la conciencia de quienes vivieron aquella mañana de pesadilla.

2 comentarios

  1. la flaca /

    Otro de estos no queremos…k miedo 🙁

  2. ALEJANDRO MANUEL /

    LLEGARA, FLACA, LLEGARA Y QUE DIOS NOS AGARRE CONFESADOS….

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